Uno de los compromisos asumidos por los candidatos a la Presidencia de la República que se disputarán el favor popular el próximo 20 de mayo fue el de presentar, en el mes de enero, sus propuestas en materia de educación. Hay que hacer un reconocimiento a los diferentes candidatos porque, de conformidad a lo que ha informado públicamente la comisión de seguimiento al compromiso político y social por la educación, al día de hoy ya han entregado los candidatos: Hipólito Mejía, Danilo Medina, Guillermo Moreno, Max Puig, Eduardo Estrella y Julián Serulle.
Con la entrega de sus propuestas, y la próxima presentación que harán de las mismas los candidatos a través de una serie de programas de televisión que está organizando la comisión de seguimiento, se inicia un proceso de análisis y debates centrados en las propuestas educativas de los candidatos presidenciales. Nunca antes, en la historia electoral dominicana, se había creado un espacio para discutir a profundidad las ideas y las propuestas que los candidatos le ofrecen al electorado. Es alentador que iniciemos este tipo de debates con el tema educativo.
Con la presentación de las propuestas educativas y las respuestas que a continuación harán los candidatos y sus equipos a las preguntas formuladas por un panel de expertos, la comisión de seguimiento inicia un proceso para darlas a conocer y debatirlas. Este proceso incluirá su sometimiento al escrutinio de la opinión pública mediante la organización de foros en diferentes partes del país, para que el electorado pueda evaluarlas. De igual manera, la comisión tiene programado hacer encuentros con el equipo técnico de cada partido para debatir las propuestas de su candidato. En este encuentro el equipo técnico de cada partido debatirá su propuesta con un grupo de personas versadas en los temas educativos seleccionado por la comisión de seguimiento.
Estos diálogos tienen el propósito de contribuir, por un lado, a clarificar las propuestas y, por otro, ofrecer a los equipos técnicos ideas y sugerencias que, de ser consideradas pertinentes, puedan contribuir a mejorar las propuestas formuladas.
Parte del programa de acción diseñado por la comisión de seguimiento al compromiso prevé que como resultado de todo este proceso de consulta y diálogo se tenga, al final del proceso electoral, un conjunto de sugerencias y propuestas que podrían servir de base para enriquecer la propuesta del candidato ganador y que, durante el período de transición que va desde la elección hasta la toma de posesión del candidato electo, se pueda enriquecer el plan de acción a ser ejecutado por el nuevo presidente.
Para la ejecución de este plan de acción las organizaciones signatarias del compromiso han manifestado su disposición de colaborar para que el mismo sea una realidad. Parte de esta colaboración prevé el establecimiento de un sistema de monitoreo y evaluación que le permita a la ciudadanía estar debidamente informada de la marcha del plan de acción asumido.
Contrario a lo que en muchas ocasiones se ha afirmado, el compromiso político y social por la educación no es un compromiso por el 4%, solamente. El 4% es el símbolo de lo que se espera que ocurra: el cumplimiento de todos los aspectos contemplados en la Ley 66-97 así como los compromisos asumidos en el Plan Decenal 2008-2018 y la Ley sobre la Estrategia Nacional de Desarrollo recientemente promulgada. En otras palabras, el compromiso firmado por los candidatos lo que pretende es devolver la legalidad a la gestión del sector educativo y hacerlo con la legitimidad suficiente para que las acciones que se ejecuten a partir del 16 de agosto se enmarquen en verdaderas políticas de Estado que comprometan tanto a los partidos como a toda la sociedad.
Si los candidatos y las organizaciones sociales cumplen con los compromisos que firmaron, como tenemos la esperanza que lo harán, a la educación dominicana le esperan mejores días. ¡Todos tenemos que trabajar para que así sea!
