BUENOS AIRES (AP) — Vecinos de varios barrios de clase media y alta de la capital argentina golpearon cacerolas el jueves y los conductores hicieron sonar las bocinas de sus automóviles para protestar por el rumbo del gobierno de Cristina Fernández.
Ningún grupo ni partido político se atribuyó la organización de la protesta —que se convocó a través de las redes sociales— contra la gestión de Fernández, reelegida hace menos de un año con el 54% de los votos.
El detonante de la convocatoria —que circuló por Twitter y Facebook— fueron las restricciones impuestas en los últimos meses a la compra de dólares, pero también hubo quejas por la inflación y la inseguridad.
«La gente está harta. No te dejan comprar dólares, vas al supermercado y la plata no te alcanza», se quejó Inés Salcedo, una maestra de 45 años mientras golpeaba una cacerola desde el balcón de su apartamento.
La manifestación se sintió fuerte en los barrios de Belgrano, Barrio Norte y Recoleta de Buenos Aires, dijeron varios testigos a The Associated Press.
También hubo «cacerolazos» en suburbios al norte de la capital, informó la agencia local Diarios y Noticias. No hubo reportes de manifestaciones similares en el resto del país.
Con excepción de los conductores que sonaron sus bocinas, la protesta no ocurrió en las calles, sino desde las viviendas, como en el caso de personas que golpearon cacerolas desde los balcones de los edificios durante aproximadamente una hora.
Nadie del gobierno se pronunció sobre la protesta. Los llamados «cacerolazos» nacieron en Venezuela, pero fueron adoptados por los argentinos durante la crisis de 2001.
