La pelota invernal dominicana pasó por un capítulo innecesario que arrastra una negatividad que en nada conviene al principal pasatiempo nuestro. Olvidemos los colores. El espectáculo debe preservarse.
La Liga Dominicana debe legislar para que siempre prime la integridad y nada ni nadie mueva un dedo en dirección a lo que genera suspicacia y enloda reputaciones.
Si tiene que cambiar formatos, que lo haga. Si se necesitan enmiendas, pues que lleguen las idóneas para que todo transcurra por el camino de la transparencia.
Por más explicaciones que se quieran dar, por más argumentos que quieran esgrimir los que apoyan un teatro de poca monta frente a una audiencia que conoce al dedillo los nominados al Oscar, la percepción es muy diferente a lo que se desea justificar.
No importa que usted le venda hielo a un esquimal. En esta ocasión, no compro las excusas dadas.
Al menos, hay maneras más elegantes de hacer las cosas.
Esto no se trata de conceder, regalar o facilitar. Eso no debería ni mencionarse.
Es verdad que todo el que cuenta con poder puede hacerlo a sus anchas, sin límites, “como le dé la gana”, en buen dominicano.
Pero también es cierto que los Presidentes se deben a las constituciones, donde están las leyes, esos muros que se erigen para precisamente evitar exabruptos y desaciertos que en la mayoría de los casos van en perjuicio de las mayorías.
El respeto al juego debe ser la primera ley en cualquier deporte. Máxime en un mundo que ha cambiado y que cada vez más exige la verdad. Llámese como se llame el equipo, no importan las letras, el respeto debe mantenerse. Ese código no debe violarse nunca.
Y todo aquel que no conoce la historia, que hoy apoya las barbaridades, no sabe que un día cambia de asiento: en el momento goza para luego llorar. Hoy es doctor, mañana será paciente.
Apunte esto
Debe ser una gran serie final entre Tigres y Leones, que salen favoritos…Victoria para los Lakers en Toronto ayer…Segunda en línea del club… Peyton Manning regresa al Super Bowl…Es un grande.
