¿Quién dirige el Estado?

Obsérvese que la pregunta es ¿quién dirige el Estado?, no quién otorga el mandato. Porque el mandato lo otorga el pueblo, fuente de poder político.

Obsérvese que la pregunta es ¿quién dirige el Estado?, no quién otorga el mandato. Porque el mandato lo otorga el pueblo, fuente de poder político.Leyendo lo que dice y cómo lo dice el Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep), parecería que son ellos los que dirigen el Estado y toda la sociedad. La verdad es que si fueran ellos, todas las iniciativas del Estado y las regulaciones favorecerían a las empresas y a los grupos económicos, puesto que a ellos solo les interesa lo que deja beneficios. Y es lógico, porque no se hace negocios, sino es para obtener beneficios.

Es pues claro que el Estado no puede estar dirigido por empresarios debido a que lo harían a su estilo y para beneficiarse. Por demás, la tendencia sería privatizarlo todo y hasta a los derechos fundamentales. Los empresarios financian algunos partidos o candidatos en específico para lograr el control de algunas instituciones; por ejemplo, entre otras cosas el Conep se muestra interesado en que su sector recupere el control de jueces y tribunales.

Desde otro ángulo más espiritual se pudiera pensar en las iglesias para dirigir el Estado. Sin embargo, basta con recordar aquella expresión atribuida a Cristo: “A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César”. Además, la religión es fe y el Estado maneja componentes de la sociedad que implican puntos críticos con las iglesias. Mucho más, la diversidad religiosa debe ser respetada por el mismo Estado. Lo ideal es un Estado laico. Si pasamos a considerar de que quien dirija el Estado sea la sociedad, tendría que parodiar a Juan Bosch y repetir lo dicho por él en una situación similar: “No juegues Magino”. La sociedad civil es un conjunto de organizaciones que sirven como grupo de presión y no tienen intereses propios, sino los de quienes las financian.

La realidad es que el régimen democrático se fundamenta en que el Estado lo dirige el sistema de partido político. A esos fines se establecen requisitos constitucionales y de ley para su formación, participación y vigencia. Como se sabe, ellos postulan los candidatos a todos los cargos de elección popular y ni el presidente del Conep o cualquier figura relevante o no puede ser postulada, sino es por un partido político reconocido legalmente.

Los grupos económicos, las iglesias, las organizaciones de la sociedad civil y otras están comprendidas en lo que se denomina poderes fácticos, que son fuerzas en la sociedad que presionan para marcan rumbos del Estado. Esa presión la ejercen sobre los partidos para inducirlos a que dirijan para favorecerlos.

Lograr alguna forma de equilibrio es transitar por la gobernabilidad. Si se inclina más por los poderes fácticos, se gobierna para intereses que no son necesariamente del pueblo; un partido progresista no debe descuidar ese aspecto.

La incapacidad actual mostrada por el PLD, para postular sus candidatos, está siendo llevada maliciosamente a una imagen de mal manejo del Estado. La realidad es que tiene alto posicionamiento en la población; aunque en algunos temas se registra mucha preocupación como por la seguridad ciudadana y el costo de la vida.

El régimen de partidos dirige el Estado y el PLD lo ha hecho bien, aunque sus debilidades como organización deben ser superadas modernizándolo.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas