En el ’61 parece que el chivo comió demasiada verdolaga y se multiplicó en una secuela odiosa que perdura. La ida de Rafael Tomás es en gran parte la causa.Los partidos, sin el manco de Cachafú, no respetaron a nadie. Surge el autoritarismo, el jefecito, aunque sea del DPCH (Departamento de Pendejos y Come Heces). El saquito de arroz, las habichuelas, el azúcar, aceite y otros alimentos que esa secuela quiso congraciarse con el Coronel tuvo un freno firme y una sanción de 10 días de arresto por corrupto y lambón. Pero nos siguieron dando funda.
¿Fuerzas Armadas o desalmadas? La defensa a la Constitución solo se hace desde la vergüenza del coronel que tiene méritos de sobra para estar en el Panteón junto a Caamaño.
…”Me impresionó su integridad, su firmeza, que se veía a simple vista como si aquel joven militar llevara por dentro un manantial de luz”, expresó don Juan Bosch.