Medio siglo se cumple hoy del golpe de Estado contra el gobierno constitucional del profesor Juan Bosch, la oscura madrugada del 25 de septiembre de 1963, hecho que, en opinión de historiadores y politólogos, constituyó un atraso en el proceso de desarrollo de la democracia, dejó una secuela de más de cinco mil muertos y “miles de heridos físicos y psicológicos”.
La causa de ese acontecimiento fue la instalación, por primera vez luego de 30 años de dictadura, de un gobierno democrático, de apertura social y respeto a los derechos ciudadanos, todos garantizados en la Constitución promulgada ese mismo año y que era rechazada por militares trujillistas, empresarios, políticos y religiosos que se escudaron en su rechazo al comunismo.
El politólogo Rafael Toribio analiza el hecho histórico a partir de la realidad de los acontecimientos regionales como la Guerra Fría, el enfrentamiento al régimen cubano por parte de Estados Unidos y otros hechos que considera muy fuertes para la tolerancia del imperio norteamericano en ese momento.
“Además de todas esas circunstancias, pienso que la historia le hizo una mala jugada a Bosch porque los acontecimiento hicieron posible que Bosch fuera presidente en el 63. ¿Por qué digo esto? porque hacía muy poco tiempo de la muerte de Trujillo, había una convulsión política y social enorme, los remanentes del trujillismo estaban en el poder, Balaguer tenía una ascendencia, aunque estaba fuera y en ese momento era necesario hacer una transición que lograra empalmar lo que está muriendo con lo que está naciendo”.
Argumenta que quien debió asumir el período de transición de la dictadura a la democracia no era Juan Bosch, sino Balaguer porque era el hombre de confianza de los sectores que iban a ser desplazados y que tenía un aire de que logró nadar en un charco de lodo sin enlodarse, que tenía un cierto beneficio razonable de las fuerzas democráticas de que no era un Trujillo.
“Él (Balaguer) pudo haber hecho la transición, que la hizo después de una guerra civil, de una invasión y de muchísimos muertos. Bosch que representaba lo nuevo, lo revolucionario, en ese momento, es quien tiene que lidiar con los remanentes del trujillismo, no se hizo la transición y las circunstancias para gobernar se le hacen extremadamente difíciles. Lo que quiero decir es que Bosch debió ser presidente un poco después”.
El país pagó un alto precio
Para el periodista y escritor Miguel Guerrero, sería estéril ponerse a indagar ahora si las cosas hubiesen marchado mejor o peor si ese hecho, que considera fatídico, no hubiera ocurrido, sin embargo, asegura que los dominicanos pagaron un alto precio por esa acción que se manifestó en una intervención norteamericana, una guerra civil que costó más de cinco mil muertos y las heridas que no han sido cicatrizadas.
“Yo creo que este 50 aniversario de ese hecho debería servir para que este país reflexionara sobre la necesidad de conciliar los intereses y reencauzar el país por un sendero distinto por el que nos hemos encaminado durante estos últimos 50 años. Hemos logrado una democracia política más o menos aceptable con niveles importantes de libertad individual, de organización, pero todavía no hemos alcanzado la justicia social que es característica de toda buena democracia, de una democracia funcional”, dijo.
Abogó por el rescate de los valores éticos que caracterizaron al profesor Juan Bosch en el ejercicio del poder y cree que en términos de corrupción, se ha retrocedido. Puso como ejemplo que cualquier senador de la frontera, donde hay 15 o 20 mil votos, gana dos y tres veces más que un senador de Illinois en California.
50 años después…
Toribio y Guerrero coinciden en que los gobiernos del partido de Juan Bosch no han seguido el legado de su líder.
Para el catedrático Rafael Toribio, quizás solo en el discurso de algunos, pero que la conducta de todos desmienten los principios y valores que caracterizaron el gobierno de Bosch.
“Los gobiernos del PLD ni por asomo se pueden comparar con esos siete meses de moralidad política, ninguno en el PLD puede ser referente de eso”.
Miguel Guerrero afirma que es preciso recuperar los principios éticos y morales que caracterizaron el gobierno democrático que encabezó el profesor Juan Bosch.
En ese sentido, puso de ejemplo el hecho de que los senadores y diputados que aprobaron la ley que hace universal y obligatorio el sistema de seguridad social se hayan automarginado de la obligación de pertenecer a ese sistema y tengan un sistema particular, privilegiado con relación a otro y que no coticen para la Seguridad Social. “Los que pretenden ser discípulos suyos y poseer la antorcha que él dejó, la sepultaron, la llevaron con Bosch a la tumba donde hoy él descansa.
Reacciones
Bosch debió ser presidente un poco después… no en esa vorágine política y social”.
Rafael Toribio
Politólogo
Yo creo que el país aprendió una lección, por los resultados que trajo ese acontecimiento”.
Miguel Guerrero
Periodista y escritor
