Ratona

Mediante llamadas telefónicas, por mail, por Facebook. Me llegan de parientes, de gente conocida y desconocida: Solicitudes de empleo. Me las remiten porque –sospecho-, presumen que “estoy en la papa”. Probablemente me atribuyen poder por ser&#8230

Mediante llamadas telefónicas, por mail, por Facebook. Me llegan de parientes, de gente conocida y desconocida: Solicitudes de empleo. Me las remiten porque –sospecho-, presumen que “estoy en la papa”. Probablemente me atribuyen poder por ser periodista o por estar yo en una escala social poquito mejor que la de ellos. No descarto que las apariencias engañen pero parafraseando a un viejo colega y amigo que fuere mi jefe, yo sólo soy una “ratona”. Carezco de “enllaves” políticos e influencias sociales o económicas. Arrastro también mi “crujía” aunque a nadie le importe ni venga al caso. Constriñen mi alma de impotencia y pesar esos urgidos de conseguir empleo. Escogen la persona menos indicada para canalizar su necesidad.

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