Separar los envases y depositarlos en un contenedor para su posterior reciclado puede parecer un esfuerzo inútil, si no se conocen sus beneficios para el medio ambiente.
Son muchas las razones para reciclar: se ahorran recursos, se disminuye la contaminación, se alarga la vida de los materiales, aunque sea con diferentes usos; se logra ahorrar energía, se evita la deforestación, se reduce el 80% del espacio que ocupan los desperdicios, al convertirse en basura; se puede disminuir el pago de impuestos por concepto de recolección de basura, y al mismo tiempo se genera empleo y riqueza.
En la actualidad se reciclan materiales muy diversos; los más comunes son el papel, el vidrio y los envases de cartón. Otros materiales que se reciclan son las pilas y las baterías, pues son altamente contaminantes porque contienen elementos como el mercurio, zinc, níquel y cadmio, entre otros.
En este sentido, muchas empresas y personas se han dedicado a recolectar y reciclar estos materiales, como una manera de aportar un granito de arena para salvar el planeta, que cada día está más contaminado.
En Santiago de los Caballeros, por ejemplo, solo la Cervecería Nacional Dominicana recupera las botellas, ya que las reutiliza para volver a envasar sus productos. Otras botellas iban a parar al vertedero por no existir un mercado que las reciclara. Afortunadamente, este panorama está cambiando, gracias a la iniciativa de la pareja de esposos María Isabel Serrano y Lowell Álvarez Bogaert, quienes han hecho del reciclaje una filosofía de vida, recuperando, hasta la fecha, más de 12,300 botellas de vidrio, convirtiéndolas en diversos utensilios, tales como vasos, copas, ceniceros, tarjeteros, floreros, lámparas, recipientes para picadera, para cremas, pastas, jarras para la mezcla de bebidas, servilleteros, portalápices y muchos más que la mente sea capaz de imaginar.
La pareja recupera materia prima de productos desechados para darles nueva oportunidad de uso, por amor al único planeta que tenemos, elaborando artículos artesanales hechos a mano, como por ejemplo, a partir de botellas de vidrio recuperadas al final de su vida útil. Además,con la actividad del reciclaje reducen la necesidad de explotación de los recursos naturales para producir materia prima.
María Isabel, arquitecta de profesión, narra que creó junto a su esposo A pico´e botella, algo que comenzó como un hobby y pocos meses después logró una gran aceptación. “Aquí en Santiago la mayoría de personas están creando conciencia sobre la importancia de proteger al medio ambiente, incluso, nos traen botellas, porque entienden que no son basura, sino algo que puede tener un importante uso. Muchos han aprendido a agregarles a esas botellas un valor sentimental, mandando a confeccionar piezas para la celebración de fechas y eventos especiales como aniversario de bodas o cumpleaños”, dice Serrano.
Una gran ventaja
Las cifras que ofrecen las organizaciones de gestión del reciclado son elocuentes. Según estudio realizados por Ecovidrio, asociación sin fines de lucro que gestiona el reciclado de vidrio en España, el reciclaje de 3.000 botellas de vidrio evita mil kilos de basura y ahorra más de una tonelada de materias primas. De esta manera, se reduce la contaminación del aire en un 20%, al quemar menos combustible para la fabricación de nuevos envases.
La botella de vidrio, en cualquiera de sus formatos, es un objeto muy resistente. Aunque se considera frágil porque con una simple caída puede quebrarse, para los componentes naturales del suelo es una tarea titánica transformarla.
Otros materiales que se pueden aprovechar
Prácticamente todo lo que vemos a nuestro alrededor puede ser reciclado; desde los residuos electrónicos hasta los desechos biodegradables, como papel, plásticos, ropa, y un largo etcétera de objetos y materiales. Por ejemplo, el plástico es un material que dura mucho tiempo para descomponerse, por lo que es considerado un contaminante en alto grado. Cuando se reutiliza, se hace un bien a la naturaleza y a la salud. Si una parte de esa materia prima se recupera, se reducen los costos de producción para nuestros fabricantes, ahorrando dinero y ayudando también a proteger los recursos naturales en gran manera.
Al reciclar las latas de aluminio que contienen alimentos y bebidas, se evita la extracción de este metal de la tierra, disminuyendo el consumo de combustibles y la producción de gases contaminantes, puesto que para producir una tonelada de aluminio se necesitan 31 barriles de petróleo, mientras que reciclando se utilizan tan solo 2 barriles.
