El reclamo del presidente Medina

Estimaciones del Centro Nacional de Inteligencia de Drogas del Departamento de Justicia de los Estados Unidos (CNID) indicaban que el 9% del total de las drogas que ingresaron al territorio norteamericano en el 2007, utilizó como tránsito el vector&#823

Estimaciones del Centro Nacional de Inteligencia de Drogas del Departamento de Justicia de los Estados Unidos (CNID) indicaban que el 9% del total de las drogas que ingresaron al territorio norteamericano en el 2007, utilizó como tránsito el vector Haití/República Dominicana. El resto provenía de los vectores del Caribe Occidental (21%) y Pacífico Oriental (69%).

Una cantidad apreciable de drogas producidas en Suramérica estaba ingresando a la República Dominicana a través de más de un centenar de vuelos sospechosos que se originaban en Venezuela. Los trazados en rojo que representaban los vuelos se estaban haciendo cada vez más intensos. 

El Gobierno dominicano, consciente de las implicaciones que esto estaba teniendo en las relaciones bilaterales con EUA y  en los esfuerzos para combatir la criminalidad, la delincuencia y  otras externalidades negativas en el ámbito social, institucional y político nacional, tomó la decisión de comprar once aviones tucanos a la Empresa Brasileña de Aeronáutica (Embraer), para lo cual se vio en la necesidad de tomar un financiamiento  de US$93.7 millones en septiembre del 2008 con el Banco de Desenvolvimiento Económico y Social (BNDES) de Brasil. Los primeros tucanos fueron recibidos el 10 de diciembre del 2009.

Un análisis objetivo de la decisión tomada revela que la misma resultó ser acertada para reducir y eventualmente eliminar los vuelos sospechosos.  En el 2010, los vuelos se habían reducido en un 90% con relación al nivel registrado en el 2007. 

A partir del 2011, los vuelos prácticamente desaparecieron, al registrarse apenas un vuelo en el 2011 y otro en el 2014. La desaparición de la vía aérea representada por los vuelos ilícitos originados en Venezuela, redujo el ingreso transitorio de drogas a República Dominicana que tenían como destino final el mercado norteamericano.

El CNID estimó que el vector Haití/República Dominicana había reducido el envío de drogas a EUA de un 9% del total recibido en el 2007 a sólo un 4% en el 2011.  Sin embargo, la llegada de drogas en transito a República Dominicana y su envío a los EUA a través de la vía marítima se ha mantenido.

Según The Economist, una parte importante parece estar ingresando en lanchas y botes rápidos desde Venezuela, drogas que luego ingresan a territorio norteamericano a través de carga marítima y aérea, mulas, yates y lanchas rápidas. 

El Gobierno dominicano ha tenido que canalizar recursos crecientes para perseguir la droga que ingresa transitoriamente al país y aquella que representa el pago en especie por el servicio de tránsito prestado por la contraparte local de las organizaciones internacionales de tráfico de drogas.

Este pago en especie resulta en un problema creciente de abuso en el consumo de drogas que afecta a la juventud e induce a un aumento en la criminalidad asociada a las drogas del país. El Gobierno de EUA ha reconocido estos esfuerzos al analizar el comportamiento de los niveles de las drogas decomisadas por las autoridades dominicanas correspondientes.

A pesar de que el principal beneficiario de este creciente esfuerzo que realiza el Gobierno dominicano es el pueblo norteamericano, las informaciones disponibles sobre la ayuda norteamericana al país para combatir el narcotráfico no parecen reconocer las pérdidas de vidas humanas y los costos económicos que se derivan de este esfuerzo.

El Congreso norteamericano ha concedido más de US$8,000 millones al Gobierno de Colombia durante el período 2000-2011 para combatir la producción y el tráfico de drogas bajo el denominado Plan Colombia, arrojando un promedio de US$667 millones al año.

En el caso de México, la Iniciativa Mérida concedió al Gobierno mexicano US$2,400 millones durante el período 2008-2014, para un promedio anual de US$343 millones. La Iniciativa para la Seguridad Regional de Centroamérica (CARSI) ha otorgado US$803.6 millones en el período 2008-2014, unos US$114.8 millones al año distribuidos entre los 7 países centroamericanos. En el caso de la Iniciativa para la Seguridad de la Cuenca del Caribe (CBSI), se han asignado US$327.7 millones en el período 2010-2014, para un promedio anual de US$65.4 millones a ser distribuidos entre los 15 países de la región.

Un análisis realizado por Clare Ribanko Seelke, del Servicio de Investigación del Congreso de los EUA para la ponderación de los legisladores norteamericanos, revela que durante el período 2009-2015, la ayuda de Estados Unidos a República Dominicana para controlar el narcotráfico y someter a la justicia a los infractores ascendió a US$8.2 millones.

En los años 2011, 2012, 2013, 2014 y 2015, el monto asignado, según ese reporte, fue cero. Pensamos que debe haber un error en dicho reporte pero no hemos podido comprobar nuestra percepción.

Visto lo anterior, muchos comprenderán mejor el porqué el Presidente Danilo Medina, aprovechando la presencia del Presidente Obama en la pasada Cumbre de Las Américas en Panamá hizo un llamado firme al Gobierno norteamericano para que acepte contribuir al financiamiento del combate contra el narcotráfico en la región en la porción que le corresponde por los beneficios que recibe del mismo. Resulta inaceptable que el gobierno de un país pobre como el nuestro tenga que asumir el 100% de la carga. l

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas