Reforma fiscal, si yo fuera Danilo

Hace unos meses esta columna se refirió al hecho de que como era necesaria una reforma fiscal, lo menos malo para el Gobierno y para el país…

Hace unos meses esta columna se refirió al hecho de que como era necesaria una reforma fiscal, lo menos malo para el Gobierno y para el país era que el presidente Danilo Medina propusiera un fuerte paquete fiscal, pero uno solo, de un golpe, y para no volver a plantear reformas en muchos años. De esa forma, las críticas, las quejas y la impopularidad sería durante finales de 2012 y principios de 2013, pero en lo adelante, el resultado de la reforma permitiría al Gobierno recuperar la economía y también su buena imagen.

Sin embargo, la reforma fiscal que propone el Gobierno, sobre la que no profundizaremos mucho en esta entrega, contiene dos graves errores: Propone un aumento del Impuesto a la Transferencia de Bienes Industrializados (ITBIS) en forma escalonada para una serie de productos de consumo masivo: 10% en 2013, 12% al año siguiente, 14% un año después y 16% a partir del año 2016. Lo más conveniente para el país es que ese 16% se aplique de una vez, de golpe y porrazo, no dos puntos porcentuales cada año.

Imagínense que en este país, todos los años se aumentara el ITBIS. ¿En cabeza de quién cabe eso? Es seguro que al segundo año comenzarán las protestas y que el Gobierno se verá impedido de aplicar un ajuste del ITBIS cada año.

El ITBIS es un impuesto sensible, de alta vocación inflacionaria, sobre el que se producen ajustes muy por encima de la tasa que se aplica, por lo que no es bueno variarlo a cada rato, pues en cada variación los aumentos de precios se tornan exagerados.

Otro aspecto también impopular es el de ajustar cada tres meses por inflación todos los impuestos selectivos al consumo, incluyendo los que pesan sobre los combustibles. Esto indica que Danilo se pasará su gestión entera haciendo ajustes impopulares cada tres meses, lo cual afectaría considerablemente su imagen. Lo ideal es hacer ajustes inflacionarios cada año, no cada tres meses. ¡Por Dios!

Además, los ajustes trimestrales existen, y no se aplican, precisamente, porque hay ocasiones en que se tornan inaceptables. ¡Hagan una sola reforma y ya! l

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