Santiago. En barrios como Los Pepines, que forman parte del Centro Histórico, las casas abandonadas abundan, por los inconvenientes para su reconstrucción.Para el año 2008, previo al proceso electoral, el Gobierno se involucró en una tarea que abarcó pintar las fachadas de las casas más antiguas, clasificadas entre vernáculas y de estilo republicano, pero esto no implicó el seguimiento, por lo que el abandono por parte de sus propietarios, hoy provoca que nuevamente hayan perdido su brillo y atractivo.
También implicó la reconstrucción de aceras a las que se les dio una tonalidad en rojo para hacerlas más atractivas, sin embargo, generaron críticas porque sus ranuras enterraban los tacones de las féminas. Otra de las atracciones del momento lo constituyó el alumbrado al estilo colonial, pero en la actualidad son pocas las bombillas que prenden. En otros casos, algunos faroles fueron robados o simplemente no prenden.
El urbanista Roque Nelson Rodríguez explicó que vivir en el Centro Histórico es poco atractivo. Para él, la ciudad se ha llenado de tiendas, de pregoneros y anafes que no dan espacio a la cotidianidad.
Además, una vez que pasa el horario de trabajo se convierte en peligrosa y pierde totalmente sus atracciones, ya que pocos negocios sobreviven para hacer vida nocturna. Es por eso que muchas casas han sido abandonadas por sus propietarios, ya que no se adaptan al sistema de vida actual, y sus dueños, al no poder hacer la remodelación que se adapte a sus necesidades, optan por dejarlas abandonadas, ya que su venta es también muy pesada. Por lo general, sus dueños demandan de espacios más grandes y en su mayoría no tienen disponibilidad de parqueos.
El Centro Histórico está conformado por calles estrechas y muy concurridas por lo que tampoco tiene garantías de un espacio para aparcar durante el día.
Los parqueos
Parte del patrimonio de la ciudad ha sido destruido. La oficina de Patrimonio Monumental aún no concluye el inventario que dijo ha iniciado para determinar la cantidad de casas consideradas parte de la historia de Santiago que han sido destruidas para dar paso a edificaciones modernas y a parqueos con fines comerciales. Es por esto que en cada vía del casco urbano aparece uno de estos terrenos adaptados para aparcar y que son comercializados durante el día a 20 pesos por hora, para suplir la demanda.
Estos espacios perdieron un poco su atractivo cuando se implementó el sistema regulado de estacionamiento que administró la Blue Parking, con la instalación de parquímetros, pero lo han vuelto a recobrar luego de que una sentencia declarara su operación de inconstitucional. Sin embargo, los parqueos privados han resultado insuficientes y en la actualidad el caos se ha vuelto a imponer en el casco urbano.
No quieren invertir en remodelación
Bladimir Aybar es inquilino de una de estas casas y, según dijo, muchas viviendas se destruyen porque sus dueños son pobres y no pueden invertir en su reconstrucción, “porque es una propiedad en sucesión y no se ponen de acuerdo en hacerle los arreglos o venderla”.
También está la posibilidad de que se venda y que el nuevo dueño la deje destruir para entonces convertirla en parqueo. Indicó que esta es una de las probabilidades más rentables de los últimos tiempos y que por eso abundan tanto los lugares privados para aparcar en el casco urbano.
