Ni robo de autos ni balas perdidas

Cuando inició el segundo gobierno del PLD fui designado en el Ministerio de Interior y Policía y a la semana la Asociación de Empresas Aseguradoras de Vehículos  nos apoderó, junto a la Superintendencia de Seguros, sobre la existencia de una…

Cuando inició el segundo gobierno del PLD fui designado en el Ministerio de Interior y Policía y a la semana la Asociación de Empresas Aseguradoras de Vehículos  nos apoderó, junto a la Superintendencia de Seguros, sobre la existencia de una banda instalada en torno a la misma jefatura de la Policía, siendo  su Jefe el General Marte Martínez, integrada por oficiales superiores y oficiales generales involucrados en robo de vehículos privados de lujo.

Esa banda fue desmantelada y sometidos a la justicia  los principales responsables.

La debilidad de las instituciones del Estado, facilita que esas cosas ocurran  afectando la seguridad ciudadana. Por eso en Estados con instituciones débiles, como el nuestro, lo procedente es crear programas específicos que soporten a esas instituciones.

Por ejemplo, se había descuidado el control de las armas de fuego en manos de civiles y para el 2004, solo aparecían registradas 25 mil personas con licencias para porte y tenencia de armas de fuego.

Cuando se desarrolló un programa sobre porte y tenencia de armas, se localizaron 202 mil. Venían usando las armas sin control, a la vista y para cualquier ocasión, disparándolas al aire sin importarles consecuencias.

Hoy, no son recurrentes las muertes y heridas con balas perdidas. Igual con uso y abuso de los fuegos artificiales. En ambas situaciones los más afectados eran niños y personas inocentes.

En el 2007 la asociación de zonas francas planteó los frecuentes asaltos en carreteras a camiones cargados de mercancías; la PN no tenía cómo asumir con permanencia esa situación, puesto que no disponía de los   equipos motorizados necesarios.

Se diseñó y aplicó un programa con inspectores civiles debidamente entrenados, acompañados por miembros de Amet, para las autopistas principales: movilizados en vehículos y con las Harley Davidson, las cuales habían tenido presencia en los barrios para Barrio Seguro, y se había logrado los resultados de demostración contra  los delincuentes barriales.

En las autopistas cesaron los asaltos, pero el programa continuó porque produjo otro efecto no esperado, y fue el de proteger a las personas accidentadas o con vehículos averiados.

Las estadísticas dan cuenta de que la violencia en la convivencia social se  origina principalmente en los centros de diversión, razón por lo que se reguló el horario de expendio de bebidas alcohólicas. Esas regulaciones deben moverse igual a como se mueve ese mercado.

De todo, sin embargo, el punto débil continúa siendo la delincuencia de robos en vías públicas, comercios y hogares. Esa es la mayor incapacidad de la PN, puesto que solo ella debe asumirlo por ser su labor sustantiva de prevención.

Diferenciar la violencia en la convivencia social y la que provoca la delincuencia, es el aspecto necesario para diseñar políticas públicas sobre seguridad ciudadana.

También lo es que el Estado consigne partidas presupuestales para garantizar el ejercicio de los derechos fundamentales. l

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