Sacerdotes critican la corrupción en RD

Sacerdotes criticaron la corrupción y la violencia que se vive en el país, al tiempo que pidieron perdón por los escándalos en los que se han involucrado algunos párrocos.

Sacerdotes criticaron la corrupción y la violencia que se vive en el país, al tiempo que pidieron perdón por los escándalos en los que se han involucrado algunos párrocos.
La Iglesia católica rechazó los hechos violentos que consternan a los dominicanos, los bajos salarios, la deficiencia en el suministro de los servicios básicos y el narcotráfico, en la pronunciación del Sermón de las Siete Palabras que efectúan cada Viernes Santo.

Al exponer la séptima frase, “Padre, en ti encomiendo mi espíritu”, José Miguel Huertas, párroco de la zona pastoral de Arroyo Hondo, criticó la mala práctica de ciertos profesionales y el enriquecimiento ilícito y desmedido de algunos empresarios cuando engañan al fisco con las subvaluaciones, contrabando, evasión de impuestos, abusos de precios y el acaparamiento criminal.

“La tolerancia ante el robo vulgar y los malversadores de cuello blanco nos indican el poco interés y decisión para combatirla o protegida mediante la inmoralidad de jueces y de quienes los sobornan”, apuntó. 

El sacerdote alemán Martin Lenk, maestro de teología, al analizar la sexta palabra, “Todo está consumado”, se refirió a la vida honesta que llevó Jesús y pidió la unidad de los dominicanos para “cambiar el sistema corrupto”.

Además, clamó porque se le reconozca la nacionalidad dominicana a quienes nazcan en este país.

“¿Cómo se puede privar a personas que nacieron aquí, se criaron aquí, que se sienten dominicanos hasta los tuétanos, de sus documentos legalmente adquiridos?”, cuestionó.

En tanto, el padre Miguel Ángel Amarante repudió el maltrato a la mujer y calificó como una epidemia la cantidad de feminicidios que se registran, al pronunciar la tercera palabra “Mujer ahí tienes a tu hijo, hijo ahí tienes a tu madre”.

 “María sufre la insistencia ante un sistema judicial machista que no le pone caso a la mujer cuando va a poner una denuncia ante el acoso y la amenaza de un hombre maltratador exponiéndola a ser víctima de su compañero sentimental”. 

El sacerdote Antonio Méndez, de la zona pastoral de Ozama, al pronunciar la primera palabra del sermón “Padre, perdónales porque no saben lo que hacen”, pidió perdón en nombre de la iglesia por los escándalos en los que se han visto involucrados algunos sacerdotes, a quienes llamó “pobres hombres mortales, expuestos a las debilidades humanas”.

Criticó a los políticos que, según él, son el problema principal del país. “La delincuencia no se puede acabar, pues si no sirve la cabeza, el cuerpo tampoco”.

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