Aveces el destino nos hace encontrarnos con una serie de elementos que pasan a formar referentes inmediatos en nuestra memoria. De Ahí que en cierta ocasión nos correspondiera estudiar el arte contemporáneo en el Caribe, y así nos fuimos adentrando a un universo distinto, lo que motivó que decidiéramos realizar una selección en la cual, a pesar de que las obras no guardan relación entre sí, sus creadores tenían un pasado en común: lo aborigen.
Fue en esa etapa de investigación, segregación y análisis que conocimos la obra del multifacético y dinámico artista de origen haitiano Sacha Tebó. Quien a pesar de haber sido arquitecto de formación, se inspiró en otros medios para expresar así sus sentimientos más profundos, además de sus experiencias adquiridas entre un viaje y otro, entre un paso por aquí y otro por allá, porque si bien nació en Haití, terminó viviendo en la República Dominicana.
Una de las características que más han llamado la atención en la obra de este creador desde el momento mismo en que tuvimos la oportunidad de apreciar su trabajo, ha sido la incorporación de signos representativos de la cultura taína, así como la maestría en el manejo de la técnica milenaria encáustica, siendo de los pocos creadores caribeños en asumirla como propia y, sobre todo, en valerse de esta práctica para lograr un efecto que por lo representado alude al Caribe, mientras las tonalidades dejan ver una fuerte influencia del arte universal.
A 10 años de la partida de Sacha de este mundo, recordamos con júbilo la exposición: “Al ritmo del color del Caribe” inaugurada recientemente en Novo Centro, siendo la primera muestra en la que no solo se exhiben las esculturas del artista, sino también las joyas que diseñó. Entonces, no quisiéramos dejar pasar la ocasión sin que podamos expresar la admiración que sentimos por las obras de este artista de todos los tiempos y reconocer la labor de la Galería de Arte Gracia, que dirigen las señoras Angeline y Nuria Gracia, quienes mantienen viva la esencia de su legado.
