Salvador Vassallo expone sus formas

Salvador Vassallo expondrá el próximo 23 de noviembre en Quinta Dominicana. Buena noticia para quienes conocen su obra y para lo que no. Veremos qué cosas nuevas trae alguien que ha hecho del arte una forma de vida. Quien convive entre trabajos…

Salvador Vassallo expondrá el próximo 23 de noviembre en Quinta Dominicana. Buena noticia para quienes conocen su obra y para lo que no. Veremos qué cosas nuevas trae alguien que ha hecho del arte una forma de vida. Quien convive entre trabajos y experimentos en arquitectura y diseño de interiores, con ráfagas de un humor vital de alguien enamorado de la cotidianidad y de la gente. Ahora nos traerá una exposición de relieves en cartón-piedra, mármol, hierro, madera, cerámica y cuernos de vaca.

Cualquier material toma vida en sus manos. Prats-Ventós influyó en esa habilidad de transformar las cosas. En 1986 expuso “Los monjes: un mensaje de Gloria e Irradiación” todas en madera. Nos dice que del 1986 al 1993 ensaya con diferentes materiales, y en ese último año realizó su primera exposición con esculturas en acero inoxidable. Por ese material fue invitado a realizar una escultura monumental en Lowell en la Universidad de Massachusetts, USA. A comienzos del 2001 continuó trabajando en cobre, bronce y aluminio con el tema Los Pretorianos. Y más recientemente ha hecho trabajos en resina acrílica.

Torsos; conjuntos de personas; acrílicas; dibujos; escenas en metales con formato del típico cuadro; o experimentos sin definir componen el mundo-vasallo, hecho por y para el arte. En el que la idea del mundo es una forma que asume en sí misma todas las demás formas. Tratando de encontrar el carácter absoluto. La forma única, sin división entre un mundo de cosas sensibles y otras no perceptible a los sentidos. Donde habitan las ideas, los sentimientos. Las formas, que no son más que copias imperfectas de aquellos universales platónicos. En Vassallo esas formas son algo inteligibles y emocionales.

Su casa es una especie de parque temático sobre como vivir en un museo-taller-hogar. No hay sitio dejado sin tocar; sin hacerlo vibrar con alguna idea u objeto artístico. Su mujer, Soledad Vassallo, tiene mucho que ver con todo ese mundo fantástico en el que conviven y en el que cada cosa y obra de arte están en el lugar que deben estar para verse fantásticas. ¿Qué es el orden o el desorden?, la expresión de la personalidad de cada uno, y entre Salvador y Soledad se da una unidad expresiva casi perfecta.
Vassallo también muestra un inocente mundo perdido en trabajos como el de una madre peinando a su hija de “pelo malo” que nos recuerda “quien quiera moño bonito que aguante jalones”, o “Chifuí” escultura que podemos ver en el tope de una casona colonial en la calle Duarte con Mercedes. Al ver su obra en conjunto descubrimos una combinación de drama y humor “…es que la vida es eso”, nos dice.

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