Sara Savarín

Afectada en los últimos años de los males de Parkinson y Alzheimer murió, yéndose el miércoles la dignidad personificada…

Afectada en los últimos años de los males de Parkinson y Alzheimer murió, yéndose el miércoles la dignidad personificada en una periodista: Sara Luisa Savarín Minaya, a quien conocí y traté muy de cerca desde los años 70 y jamás la vi implicada en chismes, y mucho menos en acciones reñidas con la ética y la moral.

Su partida enluta a todo el periodismo, porque de Sara nadie podría decir otra cosa que no sean exaltaciones a sus condiciones de eficiente profesional, amiga y colega extraordinariamente solidaria, humana, siempre alegre y receptiva. Sus años en Clarín Informativo, Noticiero Cristal, Ultima Hora y Radio Mil Informando la hicieron acreedora del respeto y reconocimiento de todos.

De nuestra prolongada amistad devino el compadrazgo cuando bautizó a la primera hembra de mi larga prole, coronando ese vínculo sagrado muchas de nuestras complicidades y confidencias al cultivar juntos el periodismo de humor político a través de la columna Trizas, en aquel Ultima Hora de tantas anécdotas y vivencias.

Ayer, con su deceso, me correspondió asumir un rol que jamás pensé: Ser el portavoz de la lamentable noticia ante todos aquellos que, como yo, junto a Sara, vivimos tan buenas experiencias profesionales y personales en tiempos que se fueron y es difícil que puedan repetirse.

Sencillamente, porque en la actualidad, aunque suene duro, otro es el periodismo y de otra madera y contextura diferente a la de ella está hecha la mayoría de los jóvenes que abrazan este oficio.

De Sara sí puedo asegurar que fue una periodista ética, incorruptible, realmente independiente y con vocación de servicio, como todos deberíamos ser.

Por quienes fuimos sus amigos, por su familia, me permito agradecer las expresiones de condolencias y solidaridad en estos momentos de dolor.

Su sepelio será esta tarde, a las 4, en el cementerio de la avenida Máximo Gómez, partiendo de la Blandino de la Lincoln.

Acompañemósla en su último viaje en este mundo. Que en paz descansen sus restos. Y que el Todopoderoso la acoja cerca de él…

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