En SDE litoral luce menos afectado

Al dejar atrás el malecón y pasar por el puente flotante sobre el río Ozama hacia la avenida España, el litoral se muestra menos agredido por la mano del hombre y mejor cuidado por las autoridades municipales.

Al dejar atrás el malecón y pasar por el puente flotante sobre el río Ozama hacia la avenida España, el litoral se muestra menos agredido por la mano del hombre y mejor cuidado por las autoridades municipales. La nota discordante la pone la acentuada contaminación del cuarto afluente más importante del país, que debido a los vertidos constantes de desechos provenientes de las industrias y de los barrios que le bordean, le sitúan como uno de los más contaminados.

Con respecto a su saneamiento, Domingo Contreras, secretario general del Ayuntamiento del Distrito Nacional, afirma que está en proyecto la construcción de un dispositivo de recolección que se colocará en los próximos dos meses, cuyo costo se estima en los RD$3 millones.

Limpieza relativa

Desde la avenida España hasta el puente Juan Carlos, la Dirección de Embellecimiento y la Marina de Guerra realizan operativos esporádicos que mantienen la costa en relativa limpieza.

Mientras que las áreas de parqueo, que por años estuvieron ocupadas por tarantines para la venta de comidas y bebidas, fueron eliminadas por el Ayuntamiento de Santo Domingo Este bajo la gestión de Juan de los Santos.

Pese a los esfuerzos, aún se puede ver gran cantidad de vasos plásticos y botellas vacías de alcohol lanzados por ciudadanos, que afean el entorno.

Mientras se avanza por la avenida sembrada de cocoteros y uvas de playa se observan en el camino vendedores de jugo de caña y agua de coco ofreciendo una estampa tropical a los transeúntes.

Al pasar por el acuario y arribar al puente Juan Carlos, concluye  la avenida España para enlazar con la autopista Las Américas.

Ya en el kilómetro 9 y medio, cerca del puesto del Departamento de Ordenamiento de Carreteras (DOCA) de la Autoridad Metropolitana de Transporte (Amet), hay un pequeño paseo encementado con inscripciones taínas que se encuentra descuidado, donde sobresale la maleza, aunque no hay desperdicios.

Inseguridad vial

El problema más grave que se observa a lo largo del camino es la falta de seguridad vial por la ausencia de muros de contención en los lugares donde el mar está más cercano a la carretera lo que ha causado numerosos y continuos accidentes.

Ramón Alejandro Torres, quien vive en el Barrio Nuevo del kilómetro 11, trae a la memoria el trágico accidente, hace cerca de un año, donde murieron once personas cuando un autobús de la ruta de Los Frailes-Boca Chica se precipitó al mar por la falta de respaldos de concreto.

“Ellos hicieron algo cuando ocurrió el accidente, hicieron la zanja y taparon ese chin pero no han vuelto más”, dice refiriéndose a las autoridades del Ministerio de Obras Públicas.

Peligro peatonal

Desde el kilómetro 11 hasta La Caleta sólo hay dos puentes peatonales, por lo que la gente que reside en los barrios situados en la margen opuesta al mar tiene que aventurarse a cruzar confiados nada más que en su instinto para evitar ser atropelladas por los vehículos que se desplazan a alta velocidad por la autopista.

Las únicas pasarelas se encuentran en un avanzado estado de deterioro debido al salitre y a la falta de mantenimiento.

En el caso de la que está en las cercanías del kilómetro 11, cuyas barandillas están hechas de tubos plásticos rellenos de cemento, se han ido destruyendo y cada vez son menos.

Al avanzar encontramos un elevado en construcción que conectará el hipódromo V Centenario con la autopista. Los obreros aseguran que será inaugurado en febrero.

Ocho kilómetros más adelante es cuando encontramos el otro puente peatonal, a la altura del parador del Mar en el kilómetro 23.

El salitre corroe puente

La estructura de moderno diseño, construida durante el gobierno de Hipólito Mejía, se encuentra en estado crítico.

El salitre se ha comido literalmente las barandas y respaldos de hierro, mientras las filtraciones destruyen progresivamente las paredes y columnas por donde brotan las oxidadas varillas.

Cruzamos el peaje y los puestos de caracoles, estrellas de mar y figuras taínas se asoman. A pocos metros se encuentra el cementerio de La Caleta, que evidencia el descuido para quienes descansan eternamente a orillas del mar Caribe.

Los actos vandálicos son continuos en el lugar, según narran sus moradores.
El abandono también se refleja en el Parque Nacional Submarino, muy cercano al camposanto, cuyo entorno se encuentra lleno de maleza y basura.

Así finaliza nuestro recorrido por el litoral sur, un patrimonio de los capitaleños que necesita mayor atención.

Los farallones costeros se desprenden

Los grandes desprendimientos de bloques del farallón costero en la zona sur de la autopista Las Américas cada vez son más acentuados y cercanos a la vía.

Esto se debe a que justo ahí se encuentra el arrecife coralino de la primera terraza, según explica el geólogo Osiris de León. “Este arrecife se caracteriza por la presencia de gran cantidad de cavidades de disolución cárstica que es lo que se conoce como cavernas. En la medida que la erosión crece y el techo va reduciendo su grosor tiende a colapsar”.

El experto afirma que algunos tramos de la autovía deberían ser reforzados por la gran circulación de vehículos de transporte pesado que podrían originar que algunas de las cavernas que están a poca profundidad por debajo del nivel del pavimento tiendan a colapsar.

Señala que en estos bordes, lo recomendable es que la autopista sea de hormigón hidráulico o de concreto porque tienden a ocurrir posibles desprendimientos del terreno.

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