Muchos entienden que, al arribar a sus dos primeros meses de mandato, el presidente Danilo Medina ha logrado, en algunos aspectos, hacer lo que nunca se ha hecho, pero que quizás no ha tenido tanto éxito en corregir lo que está mal. Puede que así sea. Es cuestión de percepción. Pero mientras se averigua el asunto, el mandatario no puede olvidarse de otra parte de su eslogan de campaña, quizás la más fácil de cumplir, que es continuar lo que está bien.
Hasta esos que llegan a los extremos de la mezquindad reconocerán que en la pasada gestión hay cosas que se pueden emular, y a las que cualquier gobierno debe darle continuidad. El manejo de la Dirección de Prensa de la Presidencia, por ejemplo, es uno de los puntos luminosos de la gestión de Leonel Fernández. Podía faltar cualquier cosa en esa administración, pero nunca la información oficial completa y oportuna.
Arreglar lo que empezó mal
No siempre la cosa marchó sobre ruedas en materia de prensa del Palacio en el gobierno de Fernández. De hecho, Miguel Guerrero, el primer encargado del departamento, renunció días después de asumir, disgustado porque era el último en enterarse de los movimientos del jefe del Estado. En este momento, se dan cosas parecidas en torno al presidente Medina. Está bien que la prensa palaciega ignore las visitas sorpresa que hace el gobernante, pero es muy grave que se produzcan reuniones importantes, y que el equipo oficial no pueda cubrirlas, porque se ha enterado sobre la marcha. Así como los problemas fueron superados en el régimen Fernández, esta administración debe cambiar el rumbo en ese aspecto, antes de que sea demasiado tarde.
¿Tercera vía?
En el PRD surgió ayer una nueva vía. Queda esperar si conduce a la unidad o aumenta la fragmentación.
