· Dolor de cabeza (cefalea) intenso, brusco e inusual.

· Dificultad para caminar.

· Pérdida de la coordinación y el equilibrio a los movimientos.

· Disminución o pérdida de la fuerza en las extremidades o de una mitad del cuerpo (hemiparesia o hemiplejia).

· Trastorno repentino de la visión de un ojo o de los dos; visión doble o defectos de una parte del campo visual (hemianopsia).

· Trastorno del lenguaje, con lengua estropajosa (disartria), pérdida total de la palabra (afasia) o dificultad para la comprensión del lenguaje y la escritura.

· Disminución de la sensibilidad en la cara, extremidades o una parte del cuerpo.

Si siente uno o varios de estos síntomas se trata de una emergencia médica, debe ir inmediatamente a un centro médico, porque está iniciando un ictus o ataque cerebral. 

La sospecha es aún mayor si usted padece de una de las enfermedades que representan factores de riesgo para el ACV, que le detallamos la semana pasada.

Nuestro cuerpo da señales de advertencia cuando algo anda mal en alguno de sus órganos.  El cerebro, uno de los órganos más importantes, no es la excepción, es aún más sensible que cualquier otro órgano, y manifiesta por medio de los síntomas descritos arriba las perturbaciones o daños que le están ocurriendo.  No perdamos tiempo, hagámosle caso.
Héctor E. Mateo es Médico Cardiólogo

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