Sequías han causado bajas en varias áreas

Las épocas de sequías que ha tenido la República Dominicana los últimos cuatro años han causado cuantiosas pérdidas en la agropecuaria y la ganadería y trastorno en el suministro de agua potable.

Las épocas de sequías que ha tenido la República Dominicana los últimos cuatro años han causado cuantiosas pérdidas en la agropecuaria y la ganadería y trastorno en el suministro de agua potable. Las consecuencias de ese fenómeno, acentuado por el cambio climático, se han sentido con gran fuerza en la Línea Noroeste, una de las zonas de mayor concentración de ganadería en el país. El año pasado, el sector ganadero dominicano reportó la muerte de unas 3,000 reses, por la indisponibilidad de lluvia. Para las autoridades agropecuarias la cifra fue inferior. En mayo del 2011 el ministro de Agricultura, Salvador Jiménez, aseguraba que se trataba de 2,000 cabezas de ganado.  Si se toma en cuenta que cada vaca cuesta unos RD$30,000, las pérdidas ascendieron entonces a  unos RD$60 millones el año pasado.

Las autoridades del Ministerio de Agricultura, la Dirección General de Ganadería, y el Consejo Nacional para el Fomento y Reglamentación de la Industria Lechera han tenido que ofrecer  asistencia en ocasiones, con el envío a las zonas afectadas, de pulpa de cítricos, gallinaza y caña de azúcar.

Las últimas sequías han estado por encima de los niveles normalmente conocidos y se han convertido en una cuestión cíclica, sobre todo en el mes de marzo, empujadas por la modificación del clima, plantean algunos expertos en el tema. Con un panorama así se recomienda que el ganadero se prepare, para tener un impacto menor en su ganado. Esa preparación debe incluir el establecimiento de estanques, espacios que puedan ofrecer sombra a los animales y  comenzar a preparar reservas alimenticias desde el mes de octubre.

La escasez de lluvia ha tenido también un efecto sobre los créditos de los productores. El administrador general del Banco Agrícola, Paíno Abreu Collado, sostiene que como consecuencia de la mortandad de animales (por las sequías) y la dificultad para alimentar las reses, hay ganaderos  que  se han retrasado con los pagos de sus préstamos. “Hemos tenido que trabajar moratorias y que reformular préstamos y muchísimas formas que aplica el banco para ayudar a las personas cuando tienen esos problemas y no han tenido la solución del seguro agrícola”, dijo Abreu Collado.

Cuando el ganadero o el productor tienen su seguro, generalmente el banco recupera su dinero a tiempo, pero cuando no existe, entonces debe dar la oportunidad de que este se reponga. En esos casos es que casi siempre se reformula el préstamo, o se reprograma para que haya más tiempo para pagar. Con la carencia de agua que ha azotado las distintas regiones del país se han registrado pérdidas en los sembradíos de habichuela , yuca, batata, plátanos y guineos. Son plantaciones que requieren que “les caiga” agua en determinados momentos. Otras plantaciones que se han visto amenazadas por las sequías son las de cacao y arroz.

En el 2010 se construyeron unos 3,100 pozos tubulares para aligerar un poco la situación. Precisamente ese año la temporada de sequía llevó a los embalses del país a sus niveles más bajos en la última década, según ha dicho la directora de la Oficina Nacional de Meteorología, Gloria Ceballos. Esa situación obligó a las autoridades del sector Agua a adoptar un sistema de emergencia.

Por ejemplo, en febrero del 2010 el sistema de agua Haina-Manoguayabo bombeaba 45.9 millones de galones de agua/día, mientras que antes bombeaba unos 90 millones.

Se calcula que unos cinco millones de personas viven afectadas, directa o indirectamente, por la desertificación, principalmente en las provincias del Suroeste, Nordeste y la parte Este del país. Esos datos surgieron de la celebración en el 2009 de la Conferencia Regional de Lucha contra la Desertificación en Centroamérica y el Caribe.

El refrán de que “para estar bien uno, tiene que afectarse el otro”, ha encajado en el tema de la sequía. Mientras muchas comunidades han confrontado problemas para adquirir ese líquido, algunos negocios que la comercializan han aprovechado la situación. Comprar un camión de 2,500 galones de agua cuesta entre 700 y 1,100 pesos, especialmente si el solicitante está ubicado en una demarcación cercana a donde se encuentra el negocio que ofrece el servicio. Si el comprador vive más lejos tiene que pagar más. El camión pequeño (de 1,500 galones) es ofertado entre 500 y 800 pesos.

La producción se coloca en picada

La sequía puede definirse como una anomalía transitoria en la que la disponibilidad de agua se sitúa por debajo de los requerimientos estadísticos de un área geográfica dada. El agua no es suficiente para abastecer las necesidades de las plantas, animales y humanos. Por esa anomalía, puntos como la Línea Noroeste han sido declarados varias veces en estado de emergencia.

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