¿Servirá de algo?

Ahora todo el mundo está alarmado con un drama de la cotidianidad: pacientes rechazados en las emergencias de las clínicas.

Ahora todo el mundo está alarmado con un drama de la cotidianidad: pacientes rechazados en las emergencias de las clínicas. La muerte de Claudio Caamaño Grullón en las condiciones conocidas, después de un largo periplo de una clínica a otra, y que Listín Diario bautizó muy atinadamente como “rebote” de pacientes, lamentablemente ha servido para ver las tantas heridas que padece el cuerpo social dominicano.

La deshumanización como estado natural y su pariente la indolencia como estimulante vacuna para una vida llevadera. Así andamos. Y un día, las autoridades descubren que tienen a la mano los remedios que tampoco aplican. Total, si lo hicieran, de nada serviría. El artículo 153 de la Ley General de Salud 42-01 establece sanciones de multas entre uno y diez salarios mínimos por las violaciones de los derechos de la población a la atención de emergencia.

En una sociedad como la nuestra, una sanción semejante resultaría placentera. Diez salarios mínimos ni siquiera se sienten en la masa gorda que manejan los grandes beneficiarios de la industria de prestación médica.

Estamos ante una combinación de infortunios sociales: leyes formuladas para ser violadas y un pobre Estado que se desentiende hasta de las que pudieran ser sus obligaciones primarias. Proteger la seguridad de las personas. Todo eso es materia constitucional y legal, pero de nada sirve.

Magaly Pineda

Magaly Pineda, conocida y estimada por su lucha en favor de la mujer, fue en realidad una combatiente revolucionaria de toda la vida, desde muy joven, como activista estudiantil pro independencia de Puerto Rico, donde residió, o como antitrujillista desde el exilio, hasta jugarse la vida cada día como militante del 14 de Junio y posteriormente del Movimiento Popular Dominicano (MPD).

Propulsora de la lucha femenina desde 1980, impulsó el Centro de Investigación para la Acción Femenina (CIPAF), desde el cual redimensionó el trabajo de educación y participación política de las mujeres.

Nuestra solidaridad con su compañero de vida Rafael (Fafa) Taveras y sus hijos Syra Leonor, Rafael y Marcelle Victoria Taveras Pineda.

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