Suicidio, erotomanía, pornografía, involución, son los elementos claves en la construcción de su narrativa. La temática es una suma de las consecuencias de una autodestrucción que no abunda en sus causas. Aunque el título nos remite a “vergüenza”, los personajes producen compasión.
El guión peculiar de Abi Morgan (La dama de hierro) juega con todo tipo de trucos partiendo del turning point (ingreso imprevisto de un personaje o un acontecimiento antónimo al protagonista pero de igual sentido y complejidad), para mostrar el mecanismo obsesivo por sexo sin relaciones afectivas.
Sin embargo, no hay una historia que muestre la tridimensionalidad del personaje con respecto al tema en cuestión: el vicio por el sexo. No existe un punto de partida para la reflexión porque el contexto en que se presenta la historia nos remite apenas a una actitud taxativa con respecto a la moral de la trama: un acto suicida puede reconvertir y hacer recapacitar a una persona mentalmente perturbada. Eso es un planteamiento subjetivo y cómodo. Una visión freudiana retrataría lo racional-impersonal y lo emotivo-pasional, que son formas habituales de amor; un guión más clásico tomaría en cuenta que el perfil social no se desconecta de todas las perspectivas de la coexistencia.
La apabullante dirección de Steve McQueen y la formidable actuación de Michael Fassbender (director y protagonista de Hunger, respectivamente) así como de Carey Mulligan muestran a un individuo de éxito profesional para quien el sexo es una salida a sus frustraciones y/o traumas: se masturba en casa y en el trabajo o tiene sexo con prostitutas solamente como satisfacción orgánica, nunca por placer. De hecho cuando es con alguien que le gusta el proceso no concluye. Un filme realmente incómodo y para público adulto.
HHH género: Drama. duración: 101 minutos. País: UK 2011.
