El significado de Ágora Dominicana

Ágora Dominicana fue un evento singular, al menos por tres razones: quienes participaron, lo que dijeron y su significado en el contexto actual.

Ágora Dominicana fue un evento singular, al menos por tres razones: quienes participaron, lo que dijeron y su significado en el contexto actual.Reunió a más de cien personas, la mayoría de ellas jóvenes. Provienen de diferentes partes del país, no sólo de la capital y Santiago, y de diferentes ámbitos del quehacer social, no sólo en la política y la economía, temas que suelen dominar la agenda.

Además, trabajan desde diversas instancias, incluyendo grupos comunitarios, y no sólo desde el Estado o de organizaciones empresariales. Más aún, la mitad de ellas eran mujeres. Eso, de entrada, le hace un encuentro destacado en el que las y los protagonistas no fueron tradicionales. Aunque había voces conocidas, la mayoría no tiene un perfil elevado. Aunque destacadas, muchas no eran “voces de poder”.

El eje temático central del encuentro fue la desigualdad y la cohesión social. La cohesión social está muy vinculada al sentido de pertenencia que tienen las personas al colectivo. Sin embargo, para que la gente se sienta que forma parte de un grupo, se requieren dos cosas. Primero, que existan mecanismos efectivos de protección e inclusión para todas las personas. Segundo, la gente debe percibirlos como tales. En ese sentido, el tema del encuentro es un reconocimiento de que la iniquidad es una barrera para la construcción de un proyecto colectivo.

En el país, el ejercicio de los derechos está marcado por graves diferencias, no sólo entre estratos de ingreso, sino también entre hombres y mujeres, entre jóvenes y adultos, entre los habitantes de los grandes centros urbanos y el resto, y entre la población dominicana de origen haitiano y el resto. Esas iniquidades son el escollo más grave que enfrenta la cohesión social y explica el débil sentido de identidad y de dominicanidad de la gente común.

Las voces de Ágora abordaron la iniquidad y la cohesión desde perspectivas temáticas diversas, lo que reconoce que la construcción de un proyecto de país demanda de un abordaje desde todas las dimensiones relevantes de la vida de las personas. A riesgo de excluir, vale recordar algunos mensajes destacados. En el panel sobre economía, la nota dominante fue el llamado a lograr un Estado que sea capaz de proveer bienes públicos en cantidad y calidad suficientes. Además, hubo consenso respecto a la importancia de fortalecer la capacidade de los gobiernos locales en la promoción de la equidad.

En el panel sobre la participación de las mujeres se puso énfasis en la necesidad de combatir la cultura patriarcal que las discrimina, subordina y excluye, llegando a legitimar el uso de la violencia contra ellas. En materia de seguridad, fue contundente el rechazo a la política de “mano dura” y a ella se contrapuso lograr cambios drásticos en los organismos de investigación y procesamiento, la rendición de cuentas, el fin de la impunidad y el ejercicio de los derechos de la población joven. Sobre los medios de comunicación, descolló la cuestión de la influencia del poder económico y político que condiciona la información y restringe las libertades, y el contrapeso que ejercen las redes sociales y los medios electrónicos. El debate sobre el tema educativo también reveló consensos sobre la necesidad de un adecuado financiamiento y de generar cambios para mejorar la calidad y transformar sus contenidos.

Sobre cultura e identidad, se resaltó la cultura como un factor de cambios y como eje potencial de cohesión e identidad, en un contexto crecientemente transcultural que implica desafíos particulares. Finalmente, la renovación de la política destacó como el tema más crítico; se argumentó que la forma en que se ejerce el poder compromete la cohesión social y la equidad, y se urgió a un cambio que pasa por el empoderamiento de la ciudadanía.

En síntesis, gracias a la calidad de quienes participaron, a la articulación del intercambio alrededor de la desigualdad y la cohesión social, y a la integralidad del abordaje, Ágora Dominicana agregó valor a los procesos de diálogo que ha vivido la sociedad dominicana en los años recientes.

En ese sentido, debe marcar un hito para los procesos por venir de construcción de agendas de cambio social.

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