Cuando el cardenal dice que en la Zona Colonial pareciera que no existen organismos capaces de controlar el desorden nocturno que mantiene en zozobra a sus lugareños se queda corto. La situación se extiende prácticamente a todo el país. Quien lo dude sólo tiene que dar un vistazo a las informaciones de los medios de comunicación, que cada día reseñan crímenes, robos, tiroteos en cualquier esquina; desórdenes nocturnos y diurnos en las principales barriadas. Añádanle el tráfico de drogas en muchos puntos del país, amén del negocio que se da en las cárceles. Además, el “macuteo” en aeropuertos y entidades oficiales de servicios a la ciudadanía, los operativos sorpresa de la Policía en los que agentes del orden buscan “lo suyo”, y es mejor que lo dejemos hasta aquí. l

En Barahona en horas de la madrugada, después de una presentación artística, Miriam Cruz y sus asistentes fueron perseguidos a balazos por delincuentes motorizados de la Policía Nacional que querían el dinero recaudado en la fiesta. Los humillaron. Los golpearon. Los ultrajaron e hirieron. Miriam está bajo tratamiento por un trauma psicológico que difícilmente pueda superar.

Los delincuentes fueron unos cancelados y otros arrestados por faltas al reglamento de la institución “del orden”. La Justicia espera. Se quedará esperando. (Así está este país sin autoridad y sin vergüenza).