El sistema busca darle una oportunidad a las internas

Verde y azul, dos colores que distinguen el estatus legal de las reclusas en el Centro de Corrección y Rehabilitación (CCR) Najayo-Mujeres.

Verde y azul, dos colores que distinguen el estatus legal de las reclusas en el Centro de Corrección y Rehabilitación (CCR) Najayo-Mujeres. El primero es para las internas preventivas y el segundo para las condenadas. En esta prisión, como en otros centros del Nuevo Modelo Penitenciario todo tiene su orden, una regla y se procura mantener la disciplina.

También hay internas que utilizan un T-shirt amarillo para no dañar su uniforme al momento de hacer sus destinos (quehaceres). Esta vestimenta es donada por el Ministerio de Deporte cuando organiza, en Semana Santa, un campamento de verano.

Por esta razón, explica la directora del centro, Ydelise Pérez Sierra, se tiene prohibido que las personas que vienen de visita usen t-shirt en estos tres colores.

La asistencia y el dinero

El centro carcelario ofrece a las internas alimentación tres veces al día, (desayuno, almuerzo y cena). Se les da servicios de salud y asistencia en las siguientes áreas: jurídica, médica, social, sicológica y educativa.

El dinero efectivo no circula dentro del penal, las reclusas tienen una especie de cuenta que la maneja el área administrativa, en las cuales sus familiares pueden depositarle un máximo de RD$5 mil pesos a la semana (no se pueden acumular), para poder comprar en el economato o la cafetería. El dinero es convertido en tiques y van tachando lo que representa en dinero el objeto adquirido.

“Las que entiendan que tienen un gusto de comprar un refresco, un sándwich, un chocolate pueden usar esos recursos en esas cosas”, precisa la directora del penal. Agrega también que los precios deben ser más bajos que los que se ofertan fuera del penal.

La cafetería

Pérez Sierra indica que cuando las internas llegan al centro se les debe entregar un kit de higiene, un uniforme y un colchón, pero a partir de ahí, si lo deterioran o dañan deben pagarlo.

“En ocasiones, cuando no tenemos (t-shirt) en existencia y una interna lo amerita, se le otorga un permiso para que pueda entrar un uniforme (traerlo de su casa), pero la institución tiene que entregárselo cuando llega por primera vez.  Además, si lo dañan y se ve que fue intencional, deben pagarlo en el economato o la boutique de la cárcel y si quieren otro también.

Resalta que “lo mejor que tiene el sistema, en sentido general, es que se le da una oportunidad a las privadas de libertad, y ésta, a modo general, lo está asumiendo con mucha responsabilidad y está demostrando que sí vale la pena”.  
La producción

Dentro de la cárcel, las internas son incluidas en el ámbito productivo y por tanto, lo que producen (ropa, calzados, bizcocho) se comercializan de modo externo e interno, y son remuneradas con el 90% de las ganancias. El otro 10 % es  para el centro. “Hay un por ciento que va para la familia de la interna, otro se guarda para cuando se vayan de libertad y otro lo pueden consumir aquí”, detalla Pérez.

El proceso dentro del penal

En el Manual de Gestión Penitenciaria, el cual fue elaborado muy apegado a la ley 224-84, sobre el Régimen Penitenciario, se plasman los deberes y derechos de la población interna.

Al momento de hablar de cómo una reclusa se va integrando a las actividades del penal (cursos, talleres de teatro, modelaje y canto), Pérez dice que al primer pabellón al que se ingresa es al de observación, luego la interna es evaluada durante 10 a 30 días por la junta de tratamiento, compuesta por la subdirectora de asistencia y tratamiento, subdirectora de seguridad, el sicólogo, la educadora, la jurídica, la de tratamiento social, la encargada médico y la dirección.

“Ese equipo va valorando a la interna y evaluándola según el protocolo. Hacemos un levantamiento de todos los datos y a partir de ahí vamos viendo qué vamos a trabajar con la interna, qué programa de tratamiento se les va aplicar”, sostiene. 

Con el tiempo, la junta de tratamiento trabaja y evalúa a la interna hasta que es llevada al pabellón que más le convenga. “No vamos a llevarte a una actividad que no permita tu desarrollo”, precisa la funcionaria. Por otro lado, la directora expresó que el área de reflexión es parecida a la de observación, con la diferencia de que ahí van las internas que se portan mal.

De las sanciones

La Ley 224-84, sobre el Régimen Penitenciario, en su artículo 45 indica  que “la infracción por parte de los reclusos de cualquiera de los preceptos de la presente ley y de los reglamentos que para su conveniente ejecución se dictaren, constituirá falta disciplinaria y será sancionada con las medidas que se establecen más adelante.

Sostiene el inciso siguiente que “solamente podrán imponerse como sanciones las siguientes medidas disciplinarias: amonestación, privación de visitas o correspondencias hasta por 30 días; encierro en su celda o en celda de castigo hasta por 30 días. A esto se suma el traslado temporal por no más de 60 días y la privación de otros privilegios que determinen los reglamentos.

Higienizarse es obligatorio en el penal

En cuanto a la higiene de los centros penitenciario, el artículo 23 de la ley 224-84, establece que “las condiciones higiénicas de los establecimientos penitenciarios deberán ajustarse a los principios y normas que fije el Ministerio de Salud Pública, teniendo como finalidad la conservación y el mejoramiento de la salud física y mental del recluso. Agrega también en su artículo 24 que “el aseo personal del recluso será obligatorio. Para tal objeto, los establecimientos penitenciarios dispondrán de las instalaciones adecuadas y estarán provistos de los elementos indispensables para su higienización”.

Recursos

XXIV-Fondo del Economato
507 En mercancía $1,948,672.00
508 Efectivo $0.00
509 Ventas al día $57,072.00
510 Compra al día $0.00
511 Compra más utilidad $0.00
XXV-Fondo producción $27,648.50
512 En mercancía $61,693.00
513 Cuenta por cobrar $335,671.00
514 Efectivo $23,236.00
Al día 27 de septiembre de 2013

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