Esta semana ha salido a la luz pública una advertencia del Patronato Nacional de Ganaderos, sobre la probable desalinización del agua de mar ante los efectos de la extrema sequía en República Dominicana.Aunque parezca sin fundamento esta versión, durante los próximos lustros podría ser una de las más razonables soluciones a la problemática de la escasez de agua en momento de déficit pluviométrico.
El pasado 2015 pasó a la historia del país como uno de los años menos lluviosos por la incidencia del fenómeno El Niño en la región, el cual redujo la humedad y la nubosidad en el Atlántico hasta el nivel de disminuir las tormentas y huracanes.
En noviembre del pasado año, el Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores reveló que en las últimas décadas alrededor de 500 ríos, arroyos y otras fuentes acuíferas se han secado en la República Dominicana. Entre los factores que menciona el CODIA están la tala indiscriminada de árboles y la extracción de materiales de construcción.
Así también el cambio en el clima global de los últimos años ha tenido su peculiar influencia en los períodos de lluvias en el territorio nacional, agravado esto por la presencia de El Niño.
La alerta emitida esta semana indica que “en un período de 4 a 5 cinco años el país se verá abocado a desalinizar agua del mar para la agricultura y otras tareas cotidianas, de no tomarse medidas contundentes para preservar y generar ese importante líquido”.
No es un secreto la disminución de los caudales de los importantes ríos y presas del país. De seguir con este comportamiento, el tiempo señalado por el Patronato Nacional de Ganaderos podría estar ajustado a la proyección.
Ya otros países han incursionado en la desalinización del agua de mar y de esa forma han podido paliar las incesantes crisis del líquido, tanto para el riego agrícola como para la ganadería.
