Son of Saúl

Oscar al mejor filme en lengua no inglesa. Una historia de la II Guerra Mundial, que es un acontecimiento generador de estudio y meditación sobre la condición humana. Y este filme, con esa renovadora iniciativa dramatúrgica, tiene un logro por…

Oscar al mejor filme en lengua no inglesa. Una historia de la II Guerra Mundial, que es un acontecimiento generador de estudio y meditación sobre la condición humana. Y este filme, con esa renovadora iniciativa dramatúrgica, tiene un logro por su estrategia enteramente innovadora al emplear formatos y encuadres arriesgados pero metódicamente justos para mostrar un punto de vista íntimo y muy propio de un ser humano en medio de todo aquel holocausto de millones de vidas. Esa forma de mostrar con la cámara pegada en un foco fijo en el personaje y de todo lo que aparece en primer plano con imágenes difusas de todo lo demás y un empleo del espacio off (todo lo que se oye fuera del encuadre y no se ve) es chocante por lo obsesiva y por lo perturbador de las acciones de una persona recogiendo cadáveres por miles y sabiendo que ese será su destino como servidor de los nazis en un centro de eliminación de prisioneros de todas las edades sean niños o mayores. El sustento de la narrativa es la alienación del individuo. Y la opción estética empleada no podía ser más avanzada e inspiradora para quienes buscamos nuevas formas narrativas sea como cinéfilos o como cineastas: encuadres matemáticos, movimientos de cámara refinados, personajes bien marcados y ajustados con precisión de reloj al cuadro escénico en pantalla. Ese modo frío del personaje central y de sus colegas bregando con los sadismos refleja en lo que se convierten al actuar como zombis cuando la crueldad se hace habitual y por tanto trivial.

Aunque aún en esa hecatombe surge un sostén anímico de Saúl cuando al rescatar a un niño sobreviviente de la cámara de gas y llevado por él a la enfermería este es rematado en una escena de gran fuerza dramática por su simplicidad expositiva. Entonces se convierte en el motivo de sobrevivencia el darle sepultura acorde con sus creencias religiosas que ameritan un ritual de preparación del cuerpo para el entierro. Pues bien, otra sorpresa es la ausencia total de música, en su lugar hay un concierto de gritos, susurros, lamentos, que se hacen escuchar como si del averno se tratara porque es precisamente lo que hace sentir: que estamos en el infierno, ese que tanto nos pinta la perorata religiosa. ¡Imperdible! 

H HH HH Género: Tragedia. Duración: 117.

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