José Miguel Soto Jiménez dijo que desde la independencia, la figura de “Juancito Trucupey” gravita en el quehacer político criollo, ya que es su principal actor y gestor.A juicio del general en retiro, historiador y político, el personaje que el imaginario popular ha llamado “Juancito Trucupey” es parte protagónica de la historia y del accionar político, ya que es el pueblo mismo, por lo que recomendó no llevarlo al límite de la paciencia.
Expuso sus consideraciones al conversar con elCaribe sobre su libro “Las 58 leyes del poder de Juancito Trucupey”, que circulará el martes 11 a las 7 :00 de la noche en la Biblioteca Nacional.
Soto Jiménez identificó con las leyes del personaje popular a políticos como el presidente Danilo Medina, los expresidentes Juan Bosch, Hipólito Mejía, Leonel Fernández; Luis Abinader, Miguel Vargas Maldonado y Joaquín Balaguer, así como al dictador Rafael Leónidas Trujillo.
Recordó que Trujillo bebía y bailaba, al tiempo que explotaba la demencia de grandeza de la población.
Mientras que Bosch explicaba a Trucupey como forma de hacer llegar sus ideas y propuestas a la población, y puso el caso del uso de términos como “tutumpote” para referirse a la gente muy rica; “pescuezo largo”, para identificar a los autos de mucho cilindraje, e “hijo de machepa”, para referirse a los muy pobres.
Balaguer y Danilo
Soto Jiménez sostuvo que el expresidente Balaguer ha sido el que mejor ha aplicado las “58 leyes del poder de Juancito Trucupey”, las cuales también se pueden identificar en el presidente Medina.
Recordó que era común en Balaguer “hacerse como el que no quiere la cosa”, así como “hacerse el más pendejo de la cuenta”, y sobre esa base manejaba los resortes del poder y gobernaba con incondicionales, ya que a él se le atribuye el refrán de Juancito de que “si quieres saber quién es Mundito, dale un carguito”.
Al respecto, dijo que Medina ha roto todos los ornamentos del poder y juega a ser el primero de los ciudadanos, pero que utiliza la ley de “Mundito y el carguito” de forma contraria, pero a la vez se hace como el que no quiere la cosa, como fue el caso de la modificación constitucional para posibilitar la reelección: “Ahí le cabe la otra ley, que es “yo no la pido ni la goloseo, pero si me la dan me la jondeo”.
Aunque en otro contexto para referirse al trucupeísmo de Medina, Soto Jiménez sostuvo que aunque la situación de la confrontación con Haití fue el fruto de una sentencia del Tribunal Constitucional, “Juancito Trucupey está ahí, defendiendo sus fueros, y está en los números de las encuestas, donde más de un 90% de la población apoya la dominicanidad, y esa sentencia no fue un trucupeísmo”.
“Medina no tiene que ver nada con la figura de Trucupey, pero lo conoce al pie; todas las leyes de Trucupey se pueden verificar, y la que yo veo más importante es que él dijo que lo venció el Estado, pero a la hora de apoyar a Leonel fue a 4 o 6 de sus actividades, pues el becerro manso se mama su teta y la ajena”. apuntó.
Leonel, Hipólito y Abinader
Del expresidente Leonel Fernández y Luis Abinader, el general Soto Jiménez observó que son productos urbanos, pero que de alguna forma en ellos está presente Juancito Trucupey, como asesor y consultor cercano.
Precisó que Fernández a la hora de buscar un instrumento que lo relacionara con el pueblo asumió las expresiones de Juancito Trucupey y dijo que “E´palante que vamos”, y a la hora de atacar al enemigo usó la consigna de “E´pa fuera que van”.
“Trucupey aconseja a los corruptos ser moderados”
Soto Jiménez observó que aunque la corrupción parece ser común en el político dominicano, “Juancito Trucupey” no la fomenta pero tampoco la condena, limitándose a advertir a los corruptos que “La avaricia rompe el saco”, por lo que sentencia que “Lo demasiado hasta Dios lo ve”. “Juancito lo que dice es que no hay que ser tan corrupto ni robar tanto hasta el punto que se genere el rechazo popular”. Al respecto, señala que “Trucupey aconseja a que no sean tan avaro que la gente se dé cuenta, es decir, tiene los escrúpulos de María Gargajo…”.
