No es un sueño y usted lo verá HD en televisión

Es como si se hubiese planificado, con mala fe y alevosía, pero esta (hasta hace poquísimo impensable) reunión entre Georgina…

Es como si se hubiese planificado, con mala fe y alevosía, pero esta (hasta hace poquísimo impensable) reunión entre Georgina Duluc y Luz García en los Premios Casandra estará para chuparse los dedos y un poquito más. Mire, que si ya usted es fanático del high definition (alta definición, hermana) pues acomódese en sus asientos, prepare palomitas de maíz (pop corn para muchos), grabe en su formato preferido, y las gafas 3D no serán necesarias.

Garantizado. La Duluc y Luz García, que volverán a botar la casa por la ventana con dos vestidazos cuyos diseñadores están trabajando 24/7 como si se tratase del Metro de Leonel, para dejar boquiabiertos a las más (y las menos envidiosas). Archirrivales en la noche, las mejores amigas que el show business se da el lujo de tener, hoy día. Sí ombe.

Con los rolos puestos y el entrenador exclusivo

Que no cunda el pánico. El diseñador Luis Domínguez la tiene en una vitrina (no es broma) y sólo le permite abandonar su casita de cristal para ir al gimnasio. Entrenador personalizado (nada que ver con su novio y futuro esposo). Tania Báez se sube al peso tres veces al día, y cuenta las calorías como si se tratase de Rocky Balboa en su apogeo. Techy Fatule será su consorte en la alfombra y por allí irá el clan de las Báez, comiéndose el mundo, pero sin rolos.

Una chica de calendarios y vestidos espectaculares

Pecado capital, mal de males y arrepentimiento para toda la vida sentiríamos si Evelina García no honra su escultural figura con una de esas piezas que dejan tieso a cualquiera. Apasionada de las alfombras, amante del amor en los tiempos del cólera y los Casandra, esta chica diminuta, de cuerpo dulce y lengua viperina (bueno, eso era antes), se sabe una chica Bond en auge. Cuentan que los diseñadores se la disputaron, y que la disputa generó pasiones desmesuradas y odios incontrolables. Esperemos.

Èrase una vez una diva que brindó por la vida

Cualquier parecido con la realidad (su vecina de al lado) es pura coincidencia. Ella es Milagros Germán, mujer de gustos finísimos y detalles (sentimentales) anticuados. Las apuestas están en pie, y el pool tiene pronósticos reservados, sobre quién le acompañará por la alfombra.

Su cara de mujer-sorprendida-en-un-salón-de-Villa-Juana nada tiene que ver con su nominación al Casandra. Que eso no le quita el sueño, aunque perder siempre es una pesadilla.

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