Hasta hace poco, en el PRD contaban con Amable Aristy Castro y ahora en el PLD se comienzan a hacer ilusiones con él. No tanto por el almuerzo con Danilo Medina, sino por la reunión con el Presidente. En la comida, era el anfitrión recibiendo a una visita, y se sabe que lo cortés no quita lo valiente.
En el segundo caso, él fue el visitante, aunque no se sabe si pidió la cita o lo llamaron. Del viernes para acá, la pregunta del millón es si Aristy se vestirá de rosado o de púrpura. Aunque también existe la posibilidad de que el hombre se quede “al margen”, pero discretamente mande a votar a su gente por uno de los candidatos. A ninguno de los dos le desagrada la idea de un apoyo del cacique de Higüey, sea abierto o “subterráneo”.
¿Por arriba o por debajo?
Si Amable decide mandar por lo bajo a votar blanco o morado no será el primer dirigente político que hace una jugada de ese tipo. La historia política dominicana está llena de casos como ese. De hecho, él también tiene experiencia, incluso en un caso de un aparente doble juego. En las primarias reformistas del 2004, anunció que no respaldaría a ninguno de los precandidatos. Sin embargo, había una frase que andaba de boca en boca.
“Amable mandó a votar por nosotros”. Eso lo decía tanto la gente de Eduardo Estrella como la de Jacinto Peynado. Lo que hizo en aquella ocasión aun es una incógnita, pero lo interesante es lo que hará en este proceso. Es una espera que desespera a muchos blancos y a morados…
Jugando al suspenso
El que se está cotizando es Héctor Rodríguez Pimentel, quien puso a su gente a votar sobre el rumbo que tomarían, pero aun no revela los resultados de la votación. Algunos dicen que fue mucho a poco.
