Familiares de las personas internas en la cárcel La Victoria temen que sus parientes mueran en ese lugar a causa de cólera sin que las autoridades penitenciarias hagan algo para remediar la situación.
Desde las seis de la mañana de este viernes, Luis Eduardo Cabrera rogaba a los porteros para que le permitieran ver a su hermano, Carlos Díaz Cabrera, quien según dijo, tiene una semana con los síntomas de la enfermedad, de ellos dos días que no se levanta.
“Yo lo que quiero es que me lo dejen ver aunque sea de lejos. Que no dejen morir a mi hermano, porque aunque está privado de libertar, es un ser humano”, expresó con evidente preocupación y angustia el joven.
De su lado, el alcalde de la cárcel dijo que no compete a las autoridades carcelarias ofrecer detalles sobre los casos diarreicos y la unidad de cólera. Sin embargo, dijo que todo está bajo control.
El pastor Feliz Gómez definió como alarmante la situación que viven los reclusos afectados de vómito y diarrea, unos 18 en total, y pidió a las autoridades que se compadezcan de estas personas, pues según dijo, las atenciones son mínimas y todos están expuestos a morir.
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