El terrorismo y RD

Las acciones extremas y fanáticas, cruelmente irracionales, con saldos tan trágicos como los de Orlando, Florida, Estados Unidos, merecen la condena más absoluta, total, con el mayor grado de energía que pudiera ser posible.

Las acciones extremas y fanáticas, cruelmente irracionales, con saldos tan trágicos como los de Orlando, Florida, Estados Unidos, merecen la condena más absoluta, total, con el mayor grado de energía que pudiera ser posible.Al mismo tiempo, obligan a otras reflexiones. Ambas ya comentadas frente a hechos similares, como las matanzas en el semanario satírico francés Charlie Hebdo, o en los centros nocturnos de diversión en París, o en el aeropuerto de Bruselas. Siguen el mismo patrón: la saña y la falta de humanidad. Agresiones contra personas civiles, pacíficas, que no constituyen amenazas ni peligro para nada ni nadie, ni ideologías ni cosas parecidas, y mucho menos para un agrupamiento criminal como el Estado Islámico. Se trata simplemente de matar para dejar una huella, sin importar las víctimas.

De acuerdo con las informaciones procedentes de París, en noviembre pasado, durante los ataques a seis lugares en una misma tarde en los que murieron al menos 129 personas y 352 resultaron heridas, se comentó que dos de los atacantes habían estado en República Dominicana. Vacacionaron en Punta Cana.
Hace tiempo que este país no es un punto desconocido del Caribe. Formamos parte de una realidad global, al margen de que las autoridades hacen esfuerzos por ser parte actuante en los diferentes foros internacionales. En estos días precisamente Santo Domingo es sede de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos.

La seguridad en la República Dominicana es atacada internamente. Es un problema de tipo nacional, pero igual somos parte de una realidad global.
Debemos entender que este mundo es más cercano que nunca antes. Y en tal sentido, quienes tienen a cargo la seguridad nacional tienen que estar muy conscientes de ello.

Orlando, Florida, Estados Unidos, es parte de nuestra vecindad. Nada puede resultar extraño en un mundo tan vinculado.

Ya la seguridad nacional debe ser percibida desde una perspectiva global, de la cual formamos parte.

¿Qué tanta atención se le presta a la globalidad del crimen terrorista?
La hora es de solidaridad con los caídos, con los familiares de Orlando, con el pueblo norteamericano. También es otro alerta sobre el amenazante Estado Islámico.

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