El Thanksgiving de los americanos

El pasado jueves tuvo lugar Thanksgiving, el más grande y popular festejo de los Estados Unidos. Con pavo como plato principal, pastel de calabazas,…

El pasado jueves tuvo lugar Thanksgiving, el más grande y popular festejo de los Estados Unidos. Con pavo como plato principal, pastel de calabazas, salsas y ensaladas, conforman un particular menú que cerca de 90% de los americanos degusta esa noche.

A pesar de las controversias de su origen, se considera que tuvo lugar en Plymouth, en el hoy Estado de Massachusetts, al siguiente año de la llegada de 102 peregrinos en diciembre de 1620, ingleses puritanos separados de la iglesia Anglicana, religión oficial de Inglaterra, 128 años después que los españoles arribaron a La Hispaniola.

Buscaban crear una nueva Jerusalén y purificar así la religión anglicana de los males que la aquejaban. En crudo invierno y con desconocimiento del ambiente, más de la mitad de los que llegaron en el Mayflower, reducida embarcación de accidentada travesía, pereció de hambre o de frío. Fueron los nativos, de la tribu de los Wanpanoag (gente del este), quienes les ayudaron con alimentos y conocimientos milenarios de supervivencia en esos territorios y les suministraron semillas. Al siguiente año celebraron la abundancia, conjuntamente con los indígenas, compartiendo, pavo silvestre, uvas, verduras, frutas y nueces en Acción de gracias a Dios por la cosecha y a los propios indígenas por sus vitales enseñanzas. George Washington emitió una proclama sobre el día, en 1789 y Abraham Lincoln en plena guerra de secesión, en 1863 lo declara día de fiesta nacional a celebrar el último jueves de Noviembre. En 1941 Franklin D. Roosevelt lo oficializó para el cuarto jueves del mes.

El viernes siguiente se celebra en los EE UU el viernes negro, que inicia la temporada de compras navideñas y las firmas comerciales terminan el día de atractivas ofertas, con utilidades y cifras “en negro”. La celebración de “sanguivin” es de especial significación para el pueblo llano americano, reúne familiares y amigos alrededor de una mesa, muchos desplazándose largas distancias, cena con propósito común de agradecer por lo recibido, por la certeza de lo pasado y los sueños del futuro.

Ha permeado de alguna manera a las capas más elevadas de nuestra sociedad y más que alienante absorción cultural, podría ser inspiración para que los dominicanos, por razones y formas criollas y con un “pájaro ditinto al pavo”, demos gracias al Señor . En lo personal es el momento de comunidad con el Altísimo y dar gracias por lo recibido y poner en sus manos las esperanzas propias, los anhelos de familia, los reclamos íntimos. Una acción de gracias con sabor a merengue y bachata, con los latidos del corazón nacional marcando el compás, con cadencias y ritmo criollo.

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