Tiempo de actuar

Existe la creencia generalizada de que en República Dominicana todo está estudiado y diagnosticado. Que hay estudios y recomendaciones por montones, al por mayor y al detalle.Por esa opinión, o percepción para utilizar un término…

Existe la creencia generalizada de que en República Dominicana todo está estudiado y diagnosticado. Que hay estudios y recomendaciones por montones, al por mayor y al detalle.

Por esa opinión, o percepción para utilizar un término muy en moda, se considera que hacer talleres, simposios y cualquier otro evento similar tendente a realizar propuestas acerca de cualquier problema que afecta a la sociedad, es más de lo mismo, llover sobre mojado o tratar de adivinar el sexo de los ángeles. Para los más radicales, es una forma de malgastar recursos.

No obstante esa predominante opinión adversa o crítica, se siguen realizando talleres y seminarios para buscar fórmulas que ayuden a resolver problemas determinados.

Y las sugerencias y recomendaciones resultantes de esos eventos continúan fluyendo como alternativas de soluciones. De ahí en adelante no todo siempre camina con la misma rapidez que las sugerencias. Cual si se acogiera el refrán que dice que del dicho al hecho hay un buen trecho, las recomendaciones son de escasa aplicación. Por eso la frustración ciudadana en torno a los tantos estudios.

La gente dice que lo último que se pierde es la esperanza. De ahí que las propuestas surgidas de seminarios y talleres siguen alimentando posibles soluciones. En ese escenario se inscribe el congreso organizado hace tres meses por el Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores (Codia) sobre Transporte, Tránsito y Seguridad Vial, cuyas conclusiones acaban de ser publicadas en un atractivo y documentado libro.

Del evento surgieron importantes recomendaciones, que van desde el cambio de horario para el transporte de carga y recogida de basura hasta en los períodos laborales y educativos.

Posteriormente, el Ministerio de Administración Pública organizó un taller en el cual se hicieron recomendaciones parecidas, en las que se agregaron sugerencias relativas a la organización de la circulación de los vehículos del transporte público según la terminación de la placa, para que un día laboren las pares y el otro las impares, y la construcción de terminales fuera del Gran Santo Domingo para los buses del transporte interurbano y dotar a estos vehículos de distintivos especiales, para que no puedan ingresar al centro de la ciudad.

En fin, son propuestas puntuales, que tal vez ya existen en el inventario de recomendaciones sin aplicar, pero que ya deben pasar de la retórica a la práctica. l

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