La gente quiere baloncesto. Eso es algo que todos debemos tener claro. Pero eso no quiere decir que, confiados en esa avidez de basket, tengamos que cruzarnos de manos y esperar que la afición apoye y llene una determinada instalación.
Esa es la tarea que, a escasos días de comenzar su torneo superior, debe tener la Asociación de Baloncesto del Distrito Nacional (Abadina) y su presidente, Ramón Rodríguez.
Precisamente, el pasado 24 de febrero conversamos con Rodríguez, a quien le reconozco su labor en los preparativos de la justa que arranca el día 3 de mayo, y en esa ocasión le expresé que la imagen del torneo debía cambiar y que esa empresa debía empezar por los medios de comunicación.
Siempre he dicho que las organizaciones deportivas y los eventos en sentido general no deben ver a la prensa como enemigo, sino como aliada. El torneo arranca en unos días y no siento la presencia mediática que así lo haga saber.
Esa vez le puse a disposición a Rodríguez los medios en los que trabajo para que viniera o, en su defecto, enviara a alguien que diera a conocer todo lo relacionado con el torneo y me imagino que mis colegas también estarían en esa disposición. Tenemos que aunar fuerzas para que este torneo sea exitoso, pues todos sabemos que será una gran prueba mientras muchos apuestan a su desaparición. No necesariamente el éxito de un torneo depende del público, pero estoy seguro que es una buena parte.
El programa radial Manaña Deportiva y elCaribe están abiertos para que cualquier representante de la Abadina venga a hablar del próximo torneo las veces que crea necesaria. Es mi manera y la de mis compañeros de aportar un granito de arena, pues apostamos a la permanencia, pero una con calidad, acorde a los nuevos tiempos.
Ahora bien, tengo que reconocer que toda la carga en cuanto a la promoción y difusión del torneo no debe recaer en la Abadina, también los clubes deben tomar muy en serio esto de trabajar en su imagen individual.
Si las cosas se hacen bien estoy seguro que la medida de jugar en los clubes va a quedar sin efecto.
