MOGADISCIO — El presidente de Somalia Sheik Sharif Sheik Ahmed visitó el miércoles algunos hospitales y se reunió con sobrevivientes de un atentado con un camión cargado con explosivos, que fue perpetrado por extremistas de un grupo relacionado con la red terrorista al-Qaida y que dejó al menos 70 muertos.
El atentado demostró que el grupo extremista aun puede organizar ataques devastadores.
El mandatario declaró tres días de luto y juró la noche del martes que su gobierno adoptará medidas de seguridad para evitar nuevos atentados.
El gobierno del presidente Sheik Ahmed es respaldado por unos 9.000 soldados de la Unión Africana, aunque sólo controlan la capital del país.
«Estoy seguro que el crimen que cometieron contra el pueblo somalí no quedará impune», afirmó el mandatario sobre el atentado perpetrado por combatientes del grupo al-Shabab.
«Dios los castigará y el gobierno adoptará las medidas adecuadas para proteger al pueblo somalí de esos peligros», agregó.
Un camión cargado con barriles de combustible estalló el martes afuera de las oficinas del Ministerio de Educación en una de las calles más concurridas del centro de Mogadiscio, donde estudiantes y sus padres se estaban inscribiendo para las becas que ofrece el gobierno turco. Sin embargo, la explosión se convirtió en el atentado más mortífero que han perpetrado los insurgentes islámicos contra el pueblo somalí.
El grupo al-Shabab se responsabilizó de inmediato del atentado y afirmó que estaba atacando a funcionarios gubernamentales y a extranjeros, al referirse a los soldados de paz de la Unión Africana que apoyan al gobierno somalí, que es respaldado por las Naciones Unidas.
