Un turismo sin barreras

El Presidente Danilo Medina está plenamente consciente del impacto que puede tener el turismo operando como locomotora del crecimiento económico,…

El Presidente Danilo Medina está plenamente consciente del impacto que puede tener el turismo operando como locomotora del crecimiento económico, generando ingresos, creando empleos y reduciendo la pobreza. Ha palpado cómo la provincia La Altagracia, corazón de la industria turística del país, registra el mayor dinamismo económico de la nación, es la segunda atrayendo el crédito bancario por habitante, exhibe una de las menores tasas de desempleo a pesar de la fuerte inmigración de recursos humanos provenientes del resto del país -44 de cada 100 habitantes son inmigrantes-, y ha logrado reducir la pobreza de 41.9% en el 2004 a 23.3% en el 2011, la tercera más baja del país.

Precisamente, eso es lo que persigue la administración del Presidente Medina: crecimiento económico, mayores ingresos, más empleos y reducción de la pobreza.

Por eso, durante la pasada campaña electoral, recorrió el país repitiendo el mensaje de que una de las metas de su Plan de Gobierno 2012-2016 era “aumentar en los próximos 10 años el número de turistas hasta alcanzar la meta de 10,000,000.”

Para lograr esa meta en el 2022, sin embargo, vamos a tener que acelerar el paso. En el 2012, la RD recibió 3.95 millones de turistas extranjeros (excluyendo dominicanos no residentes).

De 1990 al 2012, la llegada anual de turistas extranjeros a RD ha aumentado anualmente a una tasa promedio de 6.64%. Si ese ritmo se mantiene, necesitaríamos 14.5 años para llegar a la meta de los 10 millones de turistas.

La situación es más seria todavía si utilizamos la tasa de crecimiento anual promedio de la llegada de turistas de 4.05% que tuvo lugar en el período 2000-2012. En ese caso necesitaríamos 23.4 años para llegar a 10 millones de turistas.

Para llegar en el 2022 a 10 millones de turistas, necesitaríamos que la llegada de turistas crezca a una tasa anual promedio de 9.75% durante los próximos 10 años. Para ello vamos a necesitar un aumento considerable en la oferta de habitaciones hoteleras. Resulta preocupante, sin embargo, que durante los últimos años se advierte un estancamiento de la oferta hotelera en el país.
Mientras en el período 1980-2000, la oferta hotelera creció a una tasa promedio anual de 12%, en el período 2000-2012, el crecimiento fue de sólo 1.8% anual. Peor aún, del 2010 al 2012, la oferta hotelera ha decrecido en 1.7% anual.

Las tasas de crecimiento más altas en la llegada de turistas se produjeron durante los años en que mayor crecimiento evidenció el número de habitaciones hoteleras disponibles. Podría pensarse que no se necesitan más habitaciones hoteleras, pues el país podría acoger una mayor cantidad de turistas simplemente aumentando el porcentaje de ocupación hotelera. Sin embargo, la evidencia muestra que la RD es uno de los países del mundo que registra los mayores niveles de ocupación hotelera (77% en el 2012), superior a todos los países de la región y de países como Francia y España, que recibieron 80 y 57 millones de turistas en el 2011.

Para alcanzar un crecimiento anual promedio de casi 10% en la llegada de turistas durante los próximos 10 años, vamos a necesitar, si tomamos la relación de turistas recibidos por habitaciones de Bahamas (89), aumentar la oferta hotelera del país de las 64,000 habitaciones disponibles que teníamos a final del 2012 a 112,000 en el 2022. Si utilizamos la relación de turistas recibidos por habitaciones de RD en el 2012 (61), necesitaríamos 164,000 habitaciones a final del 2022.

Como se puede advertir, el esfuerzo que tenemos que hacer es gigantesco. Con el promedio de US$100 millones de inversión extranjera directa que han ingresado anualmente durante los últimos tres años, no podremos llegar a ese nivel de oferta hotelera.

Pretender que los bolsillos de los inversionistas nacionales son lo suficientemente profundos para echarse encima los niveles de inversión requeridos en el sector para alcanzar la meta de los 10 millones de turistas, sería actuar como el avestruz, cuando mete la cabeza en el hoyo, para no ver la realidad.

Para que los inversionistas extranjeros y nacionales puedan elevar la oferta hotelera del país a los niveles que requeriría la meta de 10 millones de turistas en 10 años, el Gobierno dominicano tendría que desmantelar todas las trabas y barreras que están impidiendo que miles de millones de dólares disponibles para invertir en el sector turismo no estén ingresando al país.

Una de las principales barreras es la insólita opacidad que cubre el mercado de tierras de RD. Los problemas de titulación son gigantescos. Parcelas con 5 y hasta 6 títulos; mesuras que dan origen a títulos sobre lagunas y mares; kilómetros cuadrados titulados mayores que los existentes en geografías atractivas para la inversión turística; entre otros. Polos potenciales como Bahía de las Águilas y Miches están prácticamente secuestrados por la oscuridad en la titulación de tierras.

A la Justicia dominicana le toma unos 5 años resolver cada caso. Si el Gobierno espera que sea la Justicia que resuelva la miríada de casos existentes, entonces tendremos que ser pacientes y saber que los 10 millones de turistas llegarán, con suerte, en el 2036. l

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