¡Una mujer Papa!

Recientemente el Papa afirmó que “la mujer es insustituible” en el rol del núcleo familiar, por lo que es oportuno preguntar ¿Sólo en la familia? ¿Y si una mujer llegara ser Papa?¿Cambiaría el rostro del Vaticano? Para ser Papa se recorre&#8230

Recientemente el Papa afirmó que “la mujer es insustituible” en el rol del núcleo familiar, por lo que es oportuno preguntar ¿Sólo en la familia? ¿Y si una mujer llegara ser Papa?¿Cambiaría el rostro del Vaticano? Para ser Papa se recorre una ruta crítica que provocaría grandes cambios.

Este comentario no tiene el interés de invocar igualdad de género. El ejercicio sacerdotal es una vocación investida de mucha fe, formación evangélica y entrega; no pueden aplicarse los criterios sobre igualdad de género en cuanto a cantidad de mujeres frente a cantidad de hombres a ser sacerdotes; sí sobre igualdad de oportunidades.

Integrar a la mujer a la práctica sacerdotal constituiría una evidente transformación en la Iglesia. La mujer forma ya parte del proceso productivo, está con presencia competitiva con el hombre en la formación profesional y en otros aspectos ocupados tradicionalmente por el hombre. Pero la ha ausentado parcialmente del hogar, donde es “insustituible” debilitando el núcleo familiar porque cuida los valores.

El ritmo de cambios en la Iglesia católica es lento; cuando lo hace, son menores como las misas en el idioma y de frente a los feligreses, o de más tolerancia en el vestir para asistir a los ritos religiosos, modificaciones en la forma de recibir la hostia; retrocediendo cuando los párrocos dejan de visitar los hogares, mantiene el celibato o desconoce el divorcio legal.

Las disposiciones excluyentes son cuestionables. Debo dar un testimonio, para que no se suponga que estos comentarios tienen una base anticlerical. En la adolescencia participaba de Guardia Romano y desfilaba todos los Viernes Santos en la procesión desde la iglesia de Las Mercedes.

Comulgaba los domingos en el Convento de los Dominicos, a los cuales he admirado por fray Antón de Montesinos y su Sermón de Adviento y el aporte de investigación de fray Beltrán de Heredia y sor Agueda María Rodríguez Cruz, del Convento de los Dominicos de Salamanca, España.

Contraje matrimonio religioso en nuestro Convento de los Dominicos de la zona colonial; seis años más tarde nos divorciamos de mutuo acuerdo. Luego, contraje segundo matrimonio y desde entonces, 38 años, estoy impedido de comulgar; la Iglesia no acepta el divorcio legal, si no es anulado por dispensa papal.

¿Qué dogma protege la Iglesia cuando no reconoce el divorcio legal de un matrimonio religioso? ¿Qué es la familia para la Iglesia? ¿Es la pareja? ¿Y cuando es uno de los dos el que está a cargo de los hijos, por ausencia del otro, no hay familia?

La feligresía está impactada por la sencillez del papa Francisco. Luce también a la espera de que cosas sencillas sean cambiadas, como que la Iglesia no debe ser del que da diezmos; que tampoco la familia es el matrimonio; ni que el divorcio disuelve la familia, pues ese núcleo es procreación, alimentación y formación, así como protección de los valores y normas. Obviamente, se espera que el celibato sea superado para asumirlo quien desee.

¿Qué sucedería si la Iglesia se abriera al ejercicio sacerdotal de las mujeres? Llegarían más temprano que tarde a ser obispos, cardenales y a ser Papa.
La Iglesia católica requiere de muchos cambios, grandes y pequeños. Su Santidad el papa Francisco lo tiene en sus manos, debe tomar la garrocha y dar grandes saltos. l

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