¿Una panacea?

Aquí todo quiere resolverse con una ley que muchas veces no resulta panacea alguna. Hay problemas que se deben a un deterioro de valores y principios familiares que solo las buenas pautas de la educación doméstica pueden solucionar o prevenir.…

Aquí todo quiere resolverse con una ley que muchas veces no resulta panacea alguna. Hay problemas que se deben a un deterioro de valores y principios familiares que solo las buenas pautas de la educación doméstica pueden solucionar o prevenir. Por ejemplo, estos días festivos se ha hablado de la necesidad de sancionar a los padres de familia que suministran alcohol a sus hijos menores o que permiten que algún pariente cercano incurra en tal barbaridad. Aunque los juristas sostienen que lo que no está prohibido es de ejecución válida, lo cierto es que hay cuestiones de tal naturaleza que sólo pueden evitarse si los guías familiares ejercen con responsabilidad sus obligaciones, en lugar de prestarse a esta insólita práctica. 

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