Ventriloquia: un arte que sigue vivo

La ventriloquia es un oficio que hoy en día no cuenta con muchos talentos en República Dominicana. El primero en realizar este tipo de…

La ventriloquia es un oficio que hoy en día no cuenta con muchos talentos en República Dominicana. El primero en realizar este tipo de trabajo en el país fue Carlos Berg y su carismático personaje “Tornikleto”, a quien ahora se le conoce como mago.

Sin embargo, hay otros artistas actualmente que se han destacado en este arte, entre éstos, Liondy Ozoria, quien se ha dado a reconocer a través del tiempo con sus personajes Ñeñeco y Don Chichí. Este joven, que inicia su carrera como un jobby, hoy es considerado como el papá de los muñecos, por sus  habilidades y destrezas en el espectáculo.

Dentro de sus personajes se destacan  “Ñeñeco”, quien es un muñeco enamoradizo, atrevido y  bien fresco, muy conocido por sus expresiones “akeroso” y “ratatá”; y a “Don Chichí”, que es su más reciente  personaje. Es un señor mayor, sordo, entiende lo que no es, y suele dormirse en los shows.
La ventriloquia se realiza casi siempre mediante un diálogo, generalmente cómico o sarcástico, entre una persona y un muñeco al que el artista le presta la voz. Estos muñecos se conocen artísticamente “dummies”.

Para el destacado ventrílocuo, quien es oriundo del barrio Villa Juana, todo empezó como un juego, fue algo que no estudió, pero hoy se ha convertido en su modo de vida. “Esto es innato para mí, con este trabajo llevo el sostén de mi familia y lo he logrado y superado a base de mucho esfuerzo”, dijo. Confiesa que en sus espectáculos suele cobrar de RD$25 a 30 mil pesos por hora.

Sostuvo que para él  ha sido un camino bien difícil de recorrer, que todo ha sido a  base de sacrificio y esfuerzo, pero que a través del tiempo se ha superado en este arte. “Hace mucho tiempo que lo hago; salí del barrio a progresar  y lo estoy viendo satisfactorio ahora”, agregó el exitoso imitador.

Por otro lado, dijo que lo más difícil para él es hacer reír a la gente y que cuando va al escenario muestra empeño para hacer sus presentaciones lo mejor posible. “Me preocupo  por no mover los labios, me gusta mucho la improvisación en tarima  y por darle vida al muñeco, con los movimientos”, explicó.

Recientemente se presentó en el primer aniversario de “Una noche para el humor”, el pasado 27 de este mes, en la Cantina del Agave, compartiendo escenarios con reconocidos humoristas, como Carlos Sánchez, Boruga, Fausto Mata, Cuquín Victoria, Kenny Grullón, Bolívar Valera, Irving Alberti,  Oscar Pérez  y Jochy Jochy. Más adelante se propone sacar a la luz  otros personajes y su gran deseo es tener un programa de televisión que tenga que ver con la ventriloquia. Otro de los proyectos que están en su agenda es su actuación como personaje principal de una película que están realizando estudiantes de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).

Lleva diez años de trayectoria, y recuerda que empezó a practicar la ventriloquia, en 1999, en su barrio Villa Juana. Luego, para el 2003 participó en el programa “Cuánto vale tu show”, siendo este el principal escenario que lo dio a conocer, donde obtuvo el segundo lugar. Ha trabajado en programas de televisión como: “No hay dos sin tres”, en “Gózalo con Carlos Fatule”, “Qué noche” y “Divertido con Jochy”, entre otros.

Liondy Ozuna es muy fanático del gran ventrílocuo norteamericano Terry Fator, quien ganó en America’s Got Channel,  de Jeff Dunham, destacado por la diversidad de sus personajes, y de Dan Horn, a quien  admira mucho por el manejo de los muñecos. La ventriloquia no es una práctica nueva. De acuerdo a datos hitóricos, los primeros informes de este oficio aparecen en Egipto y en la arqueología hebrea. Eurycles de Atenas ha sido el primer ventrílocuo del que se tiene noticia.  En Francia, el primer ventrílocuo conocido fue Louis Brabant en el siglo XVI. Pero El más famoso ventrílocuo que ha existido en el mundo fue el norteamericano Edgar Bergen.

Internacional
Quiero pasear mi arte a nivel internacional, y llegarle a la gente que aún no sabe de la ventriloquia”.

Pasión y vida
La ventriloquia es un arte que me apasiona, que vivo a plenitud y, además, le da el sustento a mi familia”.

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