Así como existen personas que se inclinan por el turismo deportivo, otras por aquellos destinos de moda y están los que aman los lugares de aventura, también hay viajeros que optan por esas zonas en las que se esconde alguna leyenda. A veces lo que hace atractivo un lugar no es lo que se puede ver a simple vista, sino aquello que se esconde, eso que provoca murmullo entre su gente, esas historias que se cuentan con cierto temor y mirando hacia ambos lados.
Alrededor del mapamundi en el que nos encontramos existen cuentos desde rocas que caminan, hasta castillos encantados u océanos capaces de tragarse embarcaciones. Sea cual sea el misterio que envuelva esa zona, son muchos los que se aventuran a vivir la experiencia y conocer sus leyendas.
Zona del Silencio: su nombre lo debe al misterio que la envuelve. Localizada en el Bolsón de Mapimí, entre Durango, Chihuahua, y Coahuila, en México y debe este apodo a que las ondas de radio no pueden transmitirse de forma normal, incluso las brújulas pierden el sentido, debido a los campos magnéticos. Se le compara con el Triángulo de las Bermudas, con las Pirámides Egipcias, las Ciudades Sagradas del Tibet, Cabo Cañaveral, ya que todas se localizan entre los paralelos 26 y 28.
Lago Ness: en Escocia se esconde este lago de donde sale la mística historia que todos conocemos como el “Monstruo del Lago Ness”, el cual ha sido visto en múltiples ocasiones y del que se tienen dudosas imágenes, aunque no hay datos precisos sobre su existencia. Se dice que esta criatura, también conocida como Nesssie, se trata de un dragón o dinosaurio que sobrevivió al gran diluvio universal.
Valle de la Muerte: en este lugar, ubicado en un área conocida como Racetrack Playa en California, se da un misterioso fenómeno, en el que las piedras son nómadas. Caminan como cualquier humano, incluso se entrecruzan como si se tratara de calles. Son muchas las teorías que se debaten acerca de este extraño movimiento, pero hasta el momento sólo existen fotografías de las huellas, ya que nunca ha sido posible captarlas en el momento de la mudanza.
Castillo de Bran: quizás con ese nombre no lo conozcas, pero si te digo que se encuentra en Transilvania, quizás te llegue a la mente el Conde Drácula. Pues vas bien, este es el castillo donde vivió el cruel Vlad Tepes, personaje que sirvió como fuente de inspiración. La leyenda cuenta que el príncipe disfrutaba con torturar a sus enemigos y a los traidores, con la sádica costumbre de atravesar con un palo sin punta a la persona, para que muriera lentamente.
