Víctor Díaz Rúa

El ex ministro de Obras Públicas Víctor Díaz Rúa, de cuyo nuevo look, con barba y flaco, escribí el pasado viernes, me hace saber a través de un amigo común, que hace mucho tiempo que su peso corporal promedia 250 libras, “producto de una…

El ex ministro de Obras Públicas Víctor Díaz Rúa, de cuyo nuevo look, con barba y flaco, escribí el pasado viernes, me hace saber a través de un amigo común, que hace mucho tiempo que su peso corporal promedia 250 libras, “producto de una disciplina estricta en la ingesta de alimentos”, y me confirma lo de la barba blanca pero asegurándome que se la ha dejado “por el frío”. ¡Ji, ji, ji..!
Agua y aceite

Sigue intenso el activismo interno de los peledeístas a propósito de la elección que se aproxima de los miembros del Comité Central y el ya sabido poderoso Comité Político, pero con el ingrediente de que quienes siguen, indistintamente, a Leonel Fernández y Danilo Medina están “peinando” el país de cabo a rabo sin juntarse, tal como si fueran el agua y el aceite. Sólo había que ver las reuniones de este fin de semana por la región Sur: Félix Bautista y Enrique Martínez (leonelistas) por un lado; y Luis Ramón Rodríguez y Radhamés Valenzuela (danilistas), por el otro. ¡Aaayyy..!

Un cafecito
Los beneficiarios con la asignación de apartamentos en el proyecto construido por el Gobierno, a través del INVI, donde comienza el ensanche La Fe, justo próximo a la avenida Máximo Gómez, están deseosos –casi ansiosos- por tomarse un cafecito con Alma Fernández, o con cualquier funcionario del INVI con autoridad para escucharles y resolver, a los fines de que les solucionen los diversos problemas de los edificios que habitan, principalmente las filtraciones en los techos y, más recientemente aún, la avería de algunos ascensores que se las están poniendo en China a quienes viven en los niveles altos. Dicen algunos residentes que sus reclamos por soluciones han sido planteados por diferentes canales a la institución a cargo de Alma y nadie parece hacerles caso. Se está creando ahí un problema comunitario que bien podría subsanarse con atenciones, humildad y buena voluntad. Que así sea…

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