Vilas marca clase en la NCAA

Cambiar de país significó variar, evidentemente, de ambiente. Pero lo que nunca sospechó María Paula Vilas era qué tan diferente iba a ser su nuevo entorno, al extremo de ser hoy una de las estrellas del boliche de la Un

Cambiar de país significó variar, evidentemente, de ambiente. Pero lo que nunca sospechó María Paula Vilas era qué tan diferente iba a ser su nuevo entorno, al extremo de ser hoy una de las estrellas del boliche de la Universidad de Maryland.Claro, antes esta chica de 23 años, nacida en Argentina, ya le había brindado medallas al país a nivel internacional.

Su apego al boliche comenzó antes de que ella pisara territorio dominicano. Su madre, María Gabriel Mariné, en una ocasión, caminaba por la zona del Sebelen Bowling Center.

Ella había venido primero a la República Dominicana y contemplaba la mudanza completa. Entró al local deportivo y ver bolear a los que allí estaban, eso le gustó como un posible pasatiempo para su niña, que en ese entonces, todavía en Buenos Aires, tenía 13 años.

La fiebre en María Paula fue intensa. “Mis castigos eran ‘tú no vas a la bolera por una semana’, me decía mi madre”, recuerda la jugadora. No era para menos, si todavía 10 años después recuerda perfectamente su primer contacto con este deporte. “Llegué al país el 21 de diciembre de 2001 y empecé a bolear el 19 de enero de 2002”, dice Vilas, quien visitó al país antes de retornar a su último año de universidad en Estados Unidos, donde luego piensa hacer una especialidad (un MBA).

Su gran logro

El 2011 fue un gran año para la chica que estudia ‘Marketing’ en la Universidad de Maryland. Fueron tres los campeonatos que se llevaron para hacer historia en el boliche universitario al nivel de toda la nación estadounidense. Primero ganaron el torneo de su conferencia, la MEAC (Mid Estern Athletic Conference), que fue el primer escalón de su año histórico. “Ese ha sido el mejor equipo (el de su universidad) en que he estado, todo era primero, primero, primero”, refiriéndose al lugar que ocupaban en las competencias.

¿La razón? Sencillamente “éramos uno”, al extremo que cuando la entrenadora entregó el premio de Jugador Más Valioso lo entregó a todas. “Nos dijo que somos uno y es que teníamos una química especial”.

El segundo título fue el de la NCAA, donde jugaron finales contra la Universidad de Vanderbilt el 16 de abril de 2011. La serie terminó 4-2 y le dio a Maryland Eastern Shore (UMES) su segundo título de la NCAA en cuatro años. El campeonato se disputó en Skore Lanes, en Taylor, Michigan.

Luego en Columbus, Georgia, el pasado 15 de mayo, Maryland se llevó el campeonato, el tercero del año significativo, al conquistar el torneo USBC, Campeonato Intercolegial por Equipos. Para llevarse el título vencieron a Lindenwood por 2-1. De esa manera se convirtió en el primer equipo en la historia del boliche estadounidense que gana el torneo de la NCAA y el USBC en un mismo año El USBC es un campeonato que reúne a los mejores 16 equipos que luchan por un título nacional, tanto en femenino, como en masculino.

Aunque Vilas no jugó por estar lastimada de su espalda, es integrante del equipo y también recibió su anillo de campeona. “Tengo los tres anillos (MEAC, NCAA y el USBC) y se los regalé a mi abuelo -Héctor Mariné-; él es mi fanático número uno, muy especial, desde que los gané pensé en él, esto es para ‘tata’”.

Otro logro

Con su hazaña, Vilas se une también a Al Horford como los únicos en ganar un campeonato nacional de la NCAA. “Súper contenta con todo”, señala la jugadora, quien ahora reconoce la fama que tiene dentro del campus. “Antes no éramos reconocidas, ahora sí”.

Horford, quien juega para los Hawks de Atlanta en la NBA, ganó dos títulos universitarios con los Gators  de Florida en el 2006 y repitieron en el 2007.

El año, resume Vilas, fue grandioso y la magia corría en todas las jugadoras. “Todas respirábamos que íbamos a ganar, incluidas  las rivales”, señala.

Nada mal para una jugadora que se inició en este deporte como un pasatiempo y que de niña, se iba a pie desde su colegio New Horizons, por el sector Bella Vista, hasta el local de la Bolera Sebelén. “Eran 15 cuadras caminando, 30 minutos bajo el sol, las 15 cuadras no eran nada, sino bajo el sol”, recuerda. “Llegaba hecha un asco a la bolera, para seguir sudando”, pues luego venía el entrenamiento.

La vida no se detiene. Afortunadamente. “Luego me gradué y me regalaron un carro. El auto ha sido una bendición, ya no camino”. l

Disponible para la selección

Irónicamente aunque no le fue bien en su primer contacto con la bola, eso no la detuvo. Al contrario. “Me gustó porque me enojó jugar mal”, dice Vilas, una de varios bolicheros con beca o media beca universitaria, donde también están Fidel Marchena (Pikeville University) y Aida Sánchez (Sam Houston State University). Ricardo Gil fue su primer “coach”. Primero los sábados y luego “le rogué a mi mamá ¡un día más por favor!

La fiebre se intensificaba con una niña que soñó con involucrarse más en este juego que hoy le ha permitido esas hazañas universitarias, así como oro con la selección nacional en los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2010 en doble mixto junto con Aumí Guerra, repitieron el oro en el campeonato Concecabol en Guatemala ese mismo año y también en doble mixto junto con Simón Checo. “Siempre que la selección me convoque, estaré disponible”, dijo.

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Títulos ganó el pasado año la bolichera Paula Vilas. Tres a nivel universitario (Maryland) y tres con la selección nacional dominicana.

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Años tenía Vilas cuando llegó al país el 21 de diciembre de 2001. Recuerda que la primera vez que boleó fue el 19 de enero de 2002.

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