Violencia y negocio informal

El asesinato del coronel Ubrí Boció ha abierto tantas interrogantes. Las personas no encuentran cómo encajar en la lógica las explicaciones sobre los verdaderos motivos del crimen. Han sido sancionados algunos personajes, y reducir el hecho a un simpl

El asesinato del coronel Ubrí Boció ha abierto tantas interrogantes. Las personas no encuentran cómo encajar en la lógica las explicaciones sobre los verdaderos motivos del crimen. Han sido sancionados algunos personajes, y reducir el hecho a un simple robo resulta cuesta arriba. Como no somos investigadores,  nos permitimos mirar hacia otro lado. Si el hecho sangriento fue fortuito, el propósito sin embargo sugiere que hay un nivel de organización entre los diversos tipos de ladrones de vehículos. En este caso, una banda que se dedicaba a despojar para vender y luego despedazar y comercializarlos por piezas.

Como es obvio, esa no podía ser la única organización criminal de ese género. Otras actúan en un terreno donde andan por su cuenta. Por ello, muy pocas personas logran recuperar los vehículos robados, con o sin violencia, pero al menos preservan sus vidas. Como existe un comercio de esta naturaleza, los vendedores de repuestos, y especialmente del tipo “usado”, quedan bajo el manto de la sospecha. Habría que ver cómo se suplen. Se sabe que hay proveedores que importan repuestos usados desde Asia y Estados Unidos.

¿Pero qué cantidad proviene legítimamente del mercado interno? ¿Qué cantidad de vehículos queda reducida a “piezas de repuestos” en “yonkers”? Quizás muy poca, toda vez que la pobreza y la cultura dominicana de la sobrevivencia explota los carros hasta dejarlos en los chasis. Nada más hay que ver los famosos “carros de concho”, chatarras andantes.

El gobierno debe establecer régimen para muchas actividades no controladas, que son ejercidas por gente de conducta adecuada, pero también por elementos inescrupulosos. Ayer, la Asociación Nacional de Detallistas de Repuestos se quejaba de que las autoridades no han colaborado para establecer normas para el sector. Deben prestarle atención.

El crimen del joven Juan Arce Báez, el pasado domingo, a plena luz del día, es una repetición malvada del caso Ubrí Boció. Es hora de irse a fondo. Que el Estado entero mire cuántas aristas faltan por tocar en el desorden de la informalidad que caracteriza la vida dominicana.

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