Vivir a Duarte

En este presunto “fin de semana duartiano”, Duarte será el tradicional olvidado. Ya formalmente “conmemorado” su día el pasado jueves, el país proseguirá este largo feriado y siempre, si no cambiamos, su acostumbrado agitado curso anti-duartiano: Individualismo irresponsable, politiquería, corrupción, irrespeto a la ley. Desbocado hedonismo, valores éticos relativizados o completamente ignorados, desorden generalizado. Estamos gravemente distanciados del proyecto de nación con el que el Patricio soñó, del que dio ejemplo con su conducta y perfiló mediante su medular Ideario. ¿De qué vale colocar banderas en nuestras residencias si al salir de casa tiraremos todo escrúpulo y nos saltaremos normas de convivencia, la ley tránsito, valores cívicos básicos? Debemos reaccionar, vivir a Duarte, con hechos no palabras. Por nosotros mismos.