Votación movió las ventas ambulantes

Vendedores ambulantes aprovecharon el proceso electoral para hacer su “agosto”, ofertando a los votantes productos comestibles, bisuterías y hasta bebidas alcohólicas.

Vendedores ambulantes aprovecharon el proceso electoral para hacer su “agosto”, ofertando a los votantes productos comestibles, bisuterías y hasta bebidas alcohólicas. Desde primeras horas de la mañana de ayer era notorio ver cómo distintos vendedores de alimentos se concentraron en los alrededores de la mayoría de los centros de votaciones del Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo.

Las ventas se ofrecían desde cafeterías móviles, tarantines, motores, camionetas y mesas ubicadas en puntos estratégicos, visibles para los transeúntes.

También se improvisaron negocios desde las galerías y los patios de las casas. Las empanadas o yaniqueques, frutas, frituras, jugo, refrescos, agua, arepa,  sándwiches  y tarjetas telefónicas eran los productos más ofertados y los de mayor demanda.

Familias completas atendían pequeños negocios improvisados como una forma de ganar dinero extra, aunque sea por un día.

“No tenemos un puesto fijo en esta escuela, pero estamos aprovechando que hay mucha gente para ganar algo más de dinero”, refirió una dama que atendía un puesto de empanadas y jugo, junto a su pareja y a sus hijas, frente al politécnico Virgen de la Altagracia, en Santo Domingo Este.

La alegría era evidente en muchos de los vendedores informales, pues aseguran que fuera de la política, no son comunes las multitudes donde se pueda lograr una buena venta. “Hoy he vendido el doble de lo que normalmente vendo y no he vendido el triple, porque hay muchos vendedores juntos”, dijo Lourdes Marte, quien ofertaba empanadas y una gran variedad de alimentos y postres.

Pero como en todo, otros se quejaron de que la gran cantidad de vendedores en un mismo lugar los afectó. Uno de estos casos es el de Manuel Ramírez, vendedor de frutas,  quien se quejó de que sus ventas habían sido iguales que en días anteriores, a pesar de que tenía la expectativa de vender más, por la aglomeración de gente en las calles.

“Yo me encuentro raro que un día como hoy mis ventas hayan sido normales, pero me voy a quedar aquí, vendiendo hasta que haya gente o hasta que se terminen las frutas”, indicó.

El comercio de alimentos en los distintos centros electorales, normalmente, se percibía en las afueras de los centros de votación, pero en el caso específico de la escuela Las Américas, en Manoguayabo, la venta se hacía en el interior del plantel. Una señora, que no quiso dar su nombre, vendía sándwiches y jugos dentro de este lugar.

Algunas familias que residen en los alrededores de lo colegios electorales, aprovecharon para ofrecer servicios pocos comunes, como los de guardar cartera de mujer y celulares, por un costo de 10 pesos. El ingreso de estos artículos a los centros de votación estaba prohibido, pero muchos lo olvidaron o no se enteraron de la disposición, por lo que requerían de este servicio. Los minusválidos y pedigüeños también aprovecharon la oportunidad para conseguir dinero en las aglomeraciones de gente.

Consumo de alcohol

Pese a que estaba prohibida la venta y consumo de bebidas alcohólicas, la gente ingería cerveza y ron a pocos metros de los centros de votación, tanto del Distrito como de las provincias. Esto evidenció que algunos comercios violaron la norma que impedía la venta de alcohol durante el proceso electoral. Antes de que entrara la noche, los denominados “colmadones” abrieron sus puertas y ofertaban bebidas y sonaban música con alto volumen.

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