Yaqui, el Soberano

En medio de la tristeza y dolor de los dominicanos por la muerte de una gran estrella, se expresa también la rabia de todos los que no entendemos cómo es posible que el comunicador más preparado, respetuoso del público y comprometido con la enseñanza

En medio de la tristeza y dolor de los dominicanos por la muerte de una gran estrella, se expresa también la rabia de todos los que no entendemos cómo es posible que el comunicador más preparado, respetuoso del público y comprometido con la enseñanza que ha tenido el país no fuese galardonado con el Gran Soberano.

Yaqui Núñez del Risco fue un ejemplo de trabajo y entrega. Sus constantes investigaciones y su inigualable creatividad lo condujeron a hacer comunicación inteligente que enriqueció a su audiencia. Al mismo tiempo, su vocación de servicio, pasión por lo que hacía y empeño en colaborar con la formación de futuros comunicadores lo convirtieron en una verdadera escuela.

Por ello, durante años la gente pedía a gritos en todos los medios y con particular fervor el año pasado en las redes sociales, que Yaqui recibiese por fin el máximo galardón que se concede en el país a las figuras del arte, pero, como los deseos del público parece que no coincidían con los intereses de quienes otorgan el premio, éste fue ignorado.

Yaqui hizo televisión y radio de una manera diferente, más completa y profunda en los contenidos, más profesional y con mayores estímulos a los comunicadores para que “amueblen su cerebro” e “improvisen las palabras, no las ideas”. Sin segundas intenciones, sin mezquindades, en absolutas manifestaciones de humildad y desprendimiento, enseñó y ayudó desinteresadamente a tanta gente, por lo que resulta más pertinente llamarle maestro que comunicador.

En su exitoso trayecto ofreció tantas veces una mano solidaria a jóvenes principiantes en la comunicación que, gracias a su sabia orientación, hoy son personas de prestigio y reconocimiento en el medio televisivo y radial. Sus firmes pasos trazaron un digno camino que muchos han seguido y gracias a esto se ha logrado un creciente progreso y una mayor elegancia en el oficio.

La televisión y la radio en la República Dominicana son mejores gracias a Yaqui Núñez del Risco. También, la incalculable riqueza espiritual de Yaqui lo convirtieron en uno de los comunicadores más queridos y destacados de nuestra sociedad y le llevaron a ganar fama y estima en muchos otros países del mundo.

Por esto y muchas cosas más, el legado de Yaqui es imperecedero y es sin dudas el Gran Soberano de los dominicanos, por lo que no necesita de la hipocresía de homenajes póstumos por parte de aquellos que en vida no lo reconocieron.

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