Me resisto siquiera a pensar que mi admirada fiscal del Distrito Nacional se ha propuesto destruir con los pies lo que ha podido construir con las manos al granjearse las mejores simpatías y opiniones en los medios de prensa y periodistas. Razono de esta manera, al conocer la versión que da cuenta de que Yeni Berenice Reynoso se queja de que los periodistas sólo la buscan para entrevistarla. Desde el primer momento en que saltó a la palestra pública, la funcionaria judicial ha sido una mimada de los medios de comunicación, que la han tratado con manos de seda, en una especie de luna de miel permanente, pese a que en las delicadas funciones a su cargo siempre hay tela por donde cortar. Sin embargo, ella se queja ahora porque los periodistas y medios, como es su deber y derecho, escudriñan en búsqueda de informaciones que la opinión pública está reclamando sobre temas de actualidad del ámbito de las responsabilidad de Yeni Berenice. Insisto: No quisiera creer que mi admirada magistrada esté ya afectada por el síndrome que acaba con tantas y brillantes carreras públicas: El de creerse por encima de los demás, con los humos elevados en la azotea. No lo dañe, magistrada. No lo dañe…
Fuerza emergente
Hay unas gestiones por ahí, tomando mucho, pero mucho cuerpo, orientadas a la conformación de lo que sus promotores califican como una real nueva fuerza política emergente. Estarían en eso, algunos grupos reconocidos por la Junta Central Electoral y que en los últimos procesos electorales no han estado precisamente del mismo bando, pero cuyos líderes han entendido que juntos podrían llegar más lejos. Además, está influyendo en el ánimo de los que creen en esta iniciativa, el hecho de que los hermanos mayores (¡tooodooos!), aún cuando está demostrado que siempre necesitan a los pequeños para salir airosos de las confrontaciones en las urnas, no parecen del todo convencidos de tomarlos en cuenta con criterios de reciprocidad. Esperemos…
