El aleteo de los flamencos da la bienvenida al Zoológico Nacional, un lugar recreativo y divertido para ver a través de las verjas a animales que impresionan, aunque viven en un área que les resulta pequeña.
Durante la visita al Zoológico Nacional Arquitecto Manuel Valverde Podestá, nombre dado en honor al profesional que diseñó estas instalaciones, las personas disfrutan un agradable ambiente, gracias a las enormes áreas verdes y la brisa fresca que inunda el trayecto al caminar mientras observan las especies.
El Zoológico tiene alrededor de un millón 250 mil metros cuadrados y ocho kilómetros de carretera. Sus visitantes recorren la mitad del parque en un trencito, mientras que otra buena parte del terreno está habilitado para los animales.
Sin embargo, es imprescindible destacar que algunos de sus mayores atractivos, principalmente la diversidad de la fauna que se exhibe, no lucen su mejor esplendor.
Es el caso de los tigres de bengala que siendo animales vigorosos y fuertes, aquí se les ve recostados entre las vallas de su diminuto hábitat. Lo mismo se observa en las aves y monos.
Superado esto, que es una condición un tanto común para los animales en cautiverio, el Zoológico es un espacio educativo que los padres deberían aprovechar mucho más con sus hijos, quienes suelen visitar este espacio durante viajes escolares.
La experiencia es siempre confortante no importa el medio que elija para hacer el recorrido, ya sea en el trencito o a pie para detenerse y ver los animales más de cerca y hasta estar en contacto con algunos de ellos. Los felinos, hipopótamos y antílopes, son algunos de los animales que se observan desde lejos.
No pueden faltar los cocodrilos e iguanas que se colocan sobre las rocas para tomar sol, mientras que otros animales se esconden entre los arbustos y las rocas del hábitat que les fue creado.
El Zoológico abrió sus puertas el 5 de julio del 1975, después de tres años de construcción.
El Zoológico: un lugar que luce la naturaleza
El recorrido comienza en la Plaza Central del Zoológico. La atracción, en esta primera parte, la asumen los flamencos, cisnes y patos que andan y nadan en un manantial natural.
Durante el recorrido, el visitante podrá andar por al menos cinco áreas recreativas en un tiempo de tres horas, que termina en el Zoo Infantil, el espacio más divertido para los niños y adultos.
Según informaciones de la institución, en el Zoológico se exhiben alrededor de 400 especies de animales. Sin embargo, la variedad no es su punto fuerte y a algunos les puede quedar la ilusión de ver más de lo que hay.
En este lugar, ubicado en la avenida La Vega Real, sector Arroyo Hondo, también se celebran aniversarios, bautizos, campamentos de verano y otros eventos, a solicitud de los interesados, además de los eventos que organizan las autoridades para los días festivos y las tardes de domingo, que incluyen las presentaciones artísticas de payasos.
De martes a domingo, desde las 9:00 de la mañana hasta las 4:00 de la tarde y por un costo de RD$100 para adultos y RD$60 para niños, el visitante conocerá los animales, provenientes sobre todo desde África y el sur de los Estados Unidos.
El recorrido
El viaje inicia en el “trencito”. Una vez en él y subiendo la pendiente, estará cruzando lo que las guías denominan como el bosque húmedo, debido a la vegetación que crece en esta zona y la fresca temperatura. Al llegar a la planicie, en un ambiente que intenta simular el estado natural de los animales, el espectador se encontrará con aves no voladoras como el emú, casuario, ñandú y el avestruz.
Sigue el paseo por el área de los rinocerontes blancos, el dromedario (similar al camello pero con una joroba), bisontes americanos y los ágiles monos capuchinos que se encuentran enjaulados.
También están las iguanas de ricord, chimpancés, grullas coronadas y un agotado oso negro llamado Fred. En esta área también se encuentra el departamento de nutrición y la clínica veterinaria.
Los tigres y leones, las hienas manchadas, panteras, cocodrilos e hipopótamos encabezan la lista de animales más exóticos del Zoológico. Muchas especies tienen su pareja, pero algunos están solos porque su compañero ha muerto.
Caminando por las demás atracciones, las boas, anaconda y pitones son parte de las 10 especies que se exhiben en el serpentario. Otros reptiles también se encuentran en esta zona junto a los anfibios. Estos últimos pertenecen a un proyecto de conservación e investigación de esta especie, que lleva el Zoológico Nacional junto a Toledo Zoo, de México.
Un amplio espacio lleno de árboles y corta hierba adorna de verdor el área de picnic, que está próxima al serpentario y al área de ponis. Por último, se encuentra el Zoo Infantil. Aquí los niños y adultos pueden tocar animales tales como llamas, venados, ovejos, tortugas, vacas, y otros no ofensivos, pero siempre con precaución.
Intercambios, cuidado y recursos
Algunos animales no están siendo exhibidos porque falta habilitar espacios que han de ser similar al hábitat natural de la especie, como los lémures.
Los solenodontes y las jutías son especies endémicas de la isla y aún no es posible enseñarlas al público porque son animales nocturnos.
La asistente de la dirección y quien funge como relacionista pública de la institución, Catherine Lockward, explicó que el Zoológico Nacional adquiere a los animales a través de intercambios con instituciones homólogas extranjeras.
En el caso del cuidado de las especies, Lockward señala que la clínica veterinaria está equipada con aparatos y departamentos similares a los centros médicos.
Además, cada área de animales cuenta con un equipo que se encarga de la limpieza, alimentación y cuidado veterinario.
“Hemos logrado avances, pero gran parte del presupuesto asignado se nos va en comida e infraestructura. Nos hace falta recursos para proyectos de entretenimiento y educación”, refirió Catherine Lockward.
