En algunos lugares, los núcleos de alfabetización operan con precariedades, y a una semana de haberse iniciado el plan todavía no han recibido el material didáctico.
Se quejan de que les faltan pizarras y asientos para los iletrados. Este es el caso de 17 núcleos que operan en el Tamarindo y Villa Mella, Santo Domingo Norte, bajo la responsabilidad de Santa Amparo, quien explica que algunas de las personas que acuden a los talleres toman las lecciones sentados en latas y otros de pie. La maestra pide a las autoridades que terminen de adecuar los espacios facilitados para impartir las clases.
Todavía no hay un balance de los resultados obtenidos en la primera semana de inicio del plan, pero ayer las autoridades que trabajan en la coordinación de la jornada supervisaban los núcleos de aprendizajes y los lugares donde continúa la capacitación de voluntarios, principalmente en el Distrito Nacional, donde no ha iniciado la jornada.
En el club del sector El Cacique, del Distrito eran capacidados cincuenta residentes en El Manguito, La Paz, Altos de Arroyo Hondo, La Cañada de los Obreros, y otros.
Más núcleos
Felipe Salas, director del Distrito Educativo 10-01 de Villa Mella, informó que allí se conformaron cien núcleos de aprendizaje en la primera semana del Plan Nacional de Alfabetización, con 130 facilitadores preparados.
Para la semana que se inicia hoy, dijo se entrarán otros 120 facilitadores para conformar 250 núcleos que alfabetizarán a 1,500 personas pertenecientes al referido Distrito Educativo, que comienza desde la cabeza del puente de Villa Mella hasta el sector Guanuma.
Resaltó que desde el anuncio del plan y la juramentación de la comisión municipal que abarca a ese distrito y al 10-02, de Sabana Perdida, se trabajó en asambleas para facilitadores, directores y personas de las iglesias cristianas, lo que permitió comenzar la jornada el pasado lunes en la zona.
Voluntarios que trabajan como alfabetizadores hablaron de las motivaciones que los llevaron a apoyar el plan.
Cenovia Decena Jiménez, dice que las razones por las que se integró a la jornada surge desde hace dos años, antes de que se hablara de este plan. “Pensé en la idea de dedicar una hora de clases a mis vecinos, en mi casa, para ayudar a formarlos”. Mientras, en otro escenario, ubicado en la iglesia evangélica Espíritu Santo, Elvira Cleto, de 50 años, estudiante de Educación, mención Filosofía y Letras, en la UASD, trabaja con un grupo de 13 personas, en su mayoría de la tercera edad, expresa que su motivación es contribuir a que el país tenga menos analfabetos.
El gobierno tiene previsto alfabetizar a más de 800 mil iletrados en los próximos dos años.
